ELEVANGELIO DE LOS ESENIOS | Page 106

Ofrecemos sacrificios al sendero de la Santa Ley. Ofrecemos sacrificios a todos los santos ángeles del mundo invisible. Ofrecemos sacrificios a todos los ángeles del mundo material. Dad gracias al Padre Celestial, pues El es bueno, dad gracias, sí, al Dios de los ángeles, dad gracias, sí, al Señor de la Luz, pues Su misericordia dura por siempre. Dad gracias y alabanza infinita a Aquel que hace las grandes maravillas, a Quien con Sabiduría hizo los cielos, al Que extendió la tierra sobre las aguas, al Que hizo las grandes luces en los cielos, a Quien creó el sol para que rigiera el día, y la luna y las estrellas para que rigieran la noche, pues su misericordia dura eternamente. Y adoramos a la santa y antigua religión, que fue instituida en la creación, que estaba en la Tierra en el tiempo de los grandes árboles; la santa religión del Creador, la resplandeciente y la gloriosa, revelada a nuestro Padre Enoch. Adoramos al Creador y al fuego de la Vida y a las buenas aguas que son santas y al sol y la luna resplandecientes y a las brillantes y gloriosas estrellas y sobre todo, adoramos la Santa Ley, que el Creador, nuestro Padre Celestial, nos ha dado. Es la Ley, la que hace santa nuestra morada; la tierra verde y ancha, alabad la Ley. La Ley sana el corazón adolorido y cura las heridas. Grande es la Ley y de gran poder, la comprensión de la Ley es infinita. La Ley levanta a los humildes y derriba a los malvados. Cantad a la Ley con agradecimiento, cantad alabanzas con arpas a la Ley, que cubre el cielo con nubes, prepara la lluvia para la tierra, que hace cre