Oh vosotros, montañas y colinas, bendecid la Ley.
Oh vosotras, todas las cosas que crecéis sobre la tierra, bendecid la Ley.
Oh vosotras, fuentes, bendecid la Ley.
Oh vosotros, mares y ríos, bendecid la Ley.
Oh vosotras, ballenas y todo lo que se mueve en las aguas, bendecid la Ley.
Oh vosotras, todas las aves del cielo, bendecid la Ley.
Oh vosotros, todas las bestias y el ganado, bendecid la Ley.
Oh vosotros, Hijos de los Hombres, bendecid la Ley.
Oh vosotros, espíritus y almas de los Hijos de la Luz, bendecid la Ley.
Oh vosotros, santos y humildes trabajadores del Jardín de la Hermandad,
bendecid la Ley.
Que la tierra entera bendiga la Ley.
Dad gracias al Padre Celestial y a la Madre Tierra y a todos los santos ángeles
dadles gracias, pues la Ley permanece por siempre.
Adoramos la Ley día y noche.
Aclamad al Padre Celestial.
Aclamad a la Madre Tierra.
Aclamad a los santos ángeles.
Aclamad a los Hijos de la Luz.
Aclamad a nuestro Santo Padre Enoch.
Aclamad a toda la santa creación, que fue, es o será.
Ofrecemos sacrificios a las estrellas brillantes y gloriosas, al cielo soberano, al
tiempo infinito, ofrecemos sacrificios a la buena Ley de los adoradores del
Creador, de los Hijos de la Luz, que trabajan en el Jardín de la Hermandad.
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