La Luna radiante y luminosa, mantiene dentro de si la semilla, la brillante, la
gloriosa, la dadora de agua, la dadora de calor, de sabiduría, de reflexión, de
frescura, la sanadora, la Luna de Paz.
Con luz silenciosa y apaciguadora brilla la Luna sobre los pastos, las moradas,
las aguas, las tierras y las plantas de nuestro jardín terrestre.
La Luna y el Sol, el santo viento y las estrellas sin comienzo, que se
autodeterminan y se mueven a si mismas; son todos los regidores del Santo
Orden, de los días y las noches, de los meses y los años.
La cara de la Luna cambia su aspecto, sin embargo es siempre la misma; así
como la Santa Ley revela una cara diferente a cada uno de los H