CON RUBEN GALUSSO, ARTISTA
PLASTICO Y ENCARGADO DE EDIFI-
CIO a hacer algunas horas, y los sábados nos
íbamos con mi esposa a realizar una lim-
pieza grande.
- ¿Contanos cuando migraste a argen-
tina y por qué? Así estuvimos no recuerdo bien si un mes
o mes y medio y ya estando sobre las fies-
tas de navidad nos dieron el visto bueno
y fueron nuestras primeras fiestas en una
vivienda linda como lo era esa portería.
Con el tiempo fui aprendiendo las tareas
relacionadas y al mismo tiempo estable-
ciendo ambos una relación muy especial
con los propietarios del edificio.
- Llegamos a Argentina a fines de 1975,
queriendo salir de la difícil situación de
inseguridad que nos daba el salir a la ca-
lle con tanto soldado armado hasta los
dientes, nosotros no estábamos mal eco-
nómicamente, ambos trabajábamos e in-
cluso teníamos una moto que estábamos
pensando cambiar por mejor modelo, pero
en un determinado momento ambos nos
planteamos el desarmar nuestro hogar y
emigrar hacia Argentina como primer in-
tento y posiblemente seguir hacia otros
rumbos, pero aquí tenía yo parientes y
muchos amigos y nos fuimos “aqueren-
ciando”.
- ¿Cuáles fueron los primeros trabajos
aquí en buenos aires?
- Yo como técnico en televisores tuve
siempre trabajo, mi esposa inmediata-
mente también consiguió y vivíamos en un
hotel como tantos compatriotas, hasta
que un querido amigo me habló que en un
edificio cerquita de donde él vivía necesi-
taban un encargado, acepté presentarme
y me consiguió una reunión con gente de
la comisión y el administrador. Bastó poca
charla para que me aceptaran a prueba, y
comencé a trabajar y aprender el oficio
del que no tenía la más mínima experien-
cia.
Salía de la empresa donde tenía un puesto
como técnico creo que a las 16 o 17 hrs.
Y como estaba cerca del edificio me iba
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- ¿Cómo fue la relación con los habi-
tantes del edificio?
- Éramos las personas de confianza para
la gran mayoría de ellos, y paralelamente
comenzaron a pedirme todo tipo de repa-
raciones ya sea de sus equipos como del
hogar.
Siempre separé mis tareas de los traba-
jos que realizaba y eso mantuvo una muy
buena relación entre todos.
También fui siendo llamado por muchísi-
mos vecinos para diferentes reparacio-
nes, y con mi esposa nos manejábamos lle-
vando las tareas del edificio entre ambos,
ya que ella dejó de trabajar para poder
entre ambos atenderlo y tener mi clien-
tela. Nunca hubo problemas en eso, ya que
si yo salía por trabajo ella me suplantaba
y así todos felices.
Pasaban los años y los que a nuestra llega-
da eran jóvenes, se casaban y en algunos
casos ocupaban las viviendas de sus pa-
dres, tenían hijos a los que veíamos cre-
cer y casi, casi eran como de la familia,
fuimos el apoyo moral en momentos difí-