usurpan el botín del Estado, para ganancias
empresariales.
Por su parte, el presupuesto nacional
aprobado para vivienda es realmente esca-
so. Son estas contradicciones las que ha-
cen que el gobierno tenga un gran debe con
la verdadera vivienda de interés social. El
problema de la vivienda en Uruguay tiene
la gran posibilidad de ser abatido en la me-
dida que se tomen las medidas necesarias,
para concebir la vivienda de una vez por to-
das como un derecho humano fundamental.
Numerosos estudios han demos-
trado que si un país invierte fuer-
temente en salud y educación pero
deja de lado la vivienda falta un
elemento clave de este triángulo
de derechos. Un niño puede ir a la
escuela, puede ser atendido de la
mejor forma en un hospital público,
pero si vive en hacinamiento en la
vivienda de su familia, ni su rendi-
miento escolar ni su salud serán de
calidad.
No alcanza con declarar la vivienda de
interés nacional ni de inventar “buques in-
signia” como el Plan Juntos que han demos-
trado ser un verdadero fracaso, porque a
la pobreza no se la regulariza manteniendo
a la gente en barrios con múltiples proble-
mas.
Zapicán Rodríguez . Octubre 2017
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AMANDA
RORRA
Amanda ...
Hablar de Amanda Rorra remite a analizar
un contexto país, donde la colectividad negra
uruguaya era poco visible, marginalizada so-
cial, política y económicamente.
Su historia personal estuvo fuertemente
marcada por una madre militante (Carolina
Costa), colaboradora directa de la senadora
comunista Julia Arévalo, por lo tanto, com-
prometida con su tiempo. Es así que desde
su corta edad asistió a discusiones y debates
entre el Partido Colorado y las ideas socia-
listas, en un momento fermental para la so-
ciedad uruguaya, por lo que podemos decir
que es resultado de su tiempo, fruto de las
circunstancias.
Su padre (Oscar Rorra) era un cantante de
ópera conocido como el “Caruso negro” bri-
llante barítono que se mudó a la vecina orilla,
pero con quien mantuvo un vínculo profundo
y un orgullo por la calidad artística, aunque
como muchos artistas de su época no fuera
conocido por la sociedad rioplatense.
Amanda divide su vida entre su trabajo como
cocinera de escuelas de contextos críticos y
su activismo social por las personas afrodes-
cendientes.
Trasgredió, como mujer y afrodescendien-
te, códigos no dichos de su tiempo, con una
sensibilidad muy especial por los más nece-
sitados, en los diferentes campos donde se
movía.
Trabajó en los comedores de Villa García,