EL SEÑOR DE LAS SOMBRAS (Biografía no autorizada de Alvaro Uribe) 1 | Page 87
atribuidos a los primeros. Secuestros, extorsiones, atentados, y
asesinatos cometidos en San Pedro de Urabá, en la vereda
Aguasprietas y en Valencia, con pérdidas materiales calculadas en
2 mil millones de pesos, llenaron el espectro informativo de esas
semanas y prepararon al país para lo que habría de venir.
El primer anuncio tuvo que ver con los municipios del Valle de
Aburra. El 18 de abril el gobernador decretó un “toque de queda
para menores”. Según esa medida, a partir del 1° de mayo ningún
menor de edad podría circular libremente en Medellín, Bello,
Itagüí, Envigado, Caldas, La Estrella, Sabaneta, Copacabana,
Barbosa y Girardota entre las 11 de la noche y la 5 de la mañana.
Los alcaldes de Medellín, Envigado y La Estrella, la rechazaron. El
primero dijo que el tiempo previsto para ponerla en marcha era
demasiado corto, y el segundo afirmó que era apresurada y que se
debía consultar a los padres de familia. A su tumo, el procurador
de Antioquia pidió “no maltratar a los jóvenes”, mientras que el
comandante de la Policía mostraba su total acuerdo y entusiasmo.
El segundo anuncio se originó alrededor de la visita que el ministro
del Interior, Horacio Serpa Uribe, hizo al Urabá para instalar la
“Comisión Verificadora de los Factores de Violencia” de la zona.
Durante esa reunión el gobernador Uribe Vélez dijo que “como una
contribución a la búsqueda de la paz aplazaría la creación de
cooperativas de vigilancia privada” en las que había trabajado
intensamente su gobierno. Un análisis político originado en esas
conclusiones se preguntó por qué el gobernador consideraba que
sus cooperativas eran un factor de violencia. Pero como el asunto
era apenas incipiente, pasó sin pena ni gloria. El tercer anuncio
fue del 26 de julio. Conforme a la noticia publicada por El Tiempo
el jueves 27, “el Gobierno Nacional no avalará un diálogo directo
entre representantes de la sociedad de Urabá y miembros de los
grupos paramilitares y la guerrilla, para una eventual pacificación
de esta región. “Así lo dijo ayer el ministro de Gobierno, Horacio
Serpa Uribe - añadió el periódico - durante la reunión de seguridad
que sostuvo con dirigentes políticos y sociales, representantes del
gremio bananero, comerciantes e Iglesia Católica, en las
instalaciones de la Brigada 17 de Carepa. “A pesar de que (la
noticia) les va a desagradar, quiero decir que el Gobierno no avala
una solución de esa naturaleza. Esta posición es explicable porque
algo semejante daría ocasión para que se desinstitucionalice la
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