EL SEÑOR DE LAS SOMBRAS (Biografía no autorizada de Alvaro Uribe) 1 | Page 77

armas que, se suponía, facilitaría el proceso de paz. Los círculos políticos y del gobierno consideraban que en el articulado residía el buen éxito de la administración y estaban empeñados en lograr que fuera aprobado. Pero ninguno de ellos contaba con un as en la manga del narcotráfico. Cuando el asunto llegó al Congreso, el país vivía una crisis de proporciones provocada por el magnicidio de Luis Carlos Galán, ocurrido tres meses antes. El tema de la extradición, aprobada y aplicada por gobiernos sometidos de manera invariable a la amenaza del terrorismo, se trataba con enorme cautela. Fue entonces( 30 de noviembre) cuando en la Cámara, un grupo de representantes, entre ellos Jairo Ortega Ramírez( quien había llevado al Congreso a Pablo Escobar, escogiéndolo como su suplente), Carlos Pineda Chillan, Ernesto Lucena Quevedo, Jaime Arizabaleta Calderón, César Pérez García y Tiberio Villarreal, incluyeron un artículo que sometía la extradición al referendo de los colombianos. A los narcos- y a sus congresistas- les importaba que el asunto quedara en manos del electorado porque sobre él podría influir por medio del terror. En ese momento, una serie de crímenes sin pies ni cabeza, con resultados demenciales en lo que se refiere al número de víctimas y a las pérdidas materiales, había sobrecogido al país. Atentados en centros comerciales, en calles concurridas, en edificios escogidos al azar, asesinatos porque sí, habían sometido al país al arbitrio de los delincuentes. Fue en ese momento cuando los narco-congresistas presentaron el texto de su artículo. El ministro de Gobierno, Carlos Lemos Simmonds, sostuvo que, si lo aprobaba, el Congreso condenaría a los colombianos a una carnicería. Con ese proyecto les dijo el ministro a los representantes, ustedes están en peligro de convertirse en un órgano más del narcotráfico. Y les pidió que no le entregaran el país al delito,“ atado de pies y manos”. Los debates fueron superficiales. Los capos se habían apoderado de ese órgano legislativo. Sin escuchar para nada las razones del ministro, los representantes aprobaron la reforma con su“ mico” al hombro, gracias a la ponencia positiva de Mario Uribe, un político de provincia cercano a Escobar y primo del senador Álvaro Uribe Vélez( hoy, el primer Uribe es uno de los cuadros directivos importantes de la campaña presidencial de su pariente). El gobierno necesitaba que la reforma fuera aprobada, pero sin el mico, y decidió confiar en la sensatez del Senado de la República. A
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