EL SEÑOR DE LAS SOMBRAS (Biografía no autorizada de Alvaro Uribe) 1 | Page 59
habla de uno de sus antecesores, Antonio Roldán Betancur, de un
ex alcalde de Medellín, Pablo Peláez González, y del procurador
general de la Nación, Carlos Mauro Hoyos, todos ellos asesinados.
Habla también de 13 mil delincuentes detenidos y procesados.
Pero tienes que reconocer que el asunto que origina semejante
filípica es insignificante. Colombia tiene demasiados problemas, y
muy serios, como para que reaccione por bobadas. El gobernador
lo que necesitaba era un escenario para que alguien lo oyera. Y lo
logró. Pero el camino que escogió no fue el mejor. Hoy todo el
mundo se rió de él en la oficina. - Puede ser - dijo la muchacha -,
hay cosas mucho más importantes. Pero lo cierto es que el
gobierno de los Estados Unidos no debería pedirle disculpas a una
persona como Uribe. - ¿Cómo así? - preguntó el asistente -. ¿Qué
sabes tú de eso? - Muchas cosas - dijo ella haciéndose la
interesante -. Sé, por ejemplo, que Uribe Vélez fue el encargado de
la aviación civil en Colombia y que durante su gestión florecieron
las pistas de aterrizaje y las licencias para aviones del
narcotráfico. El cartel de Cali (no me vayas a decir que lo confundo
con el de Medellín) contó en un determinado momento con dos
Boeing 727, con un Caravelle y con tres Lockheed Electra, que
viajaban impunemente por el mundo entero cargados de cocaína. -
No sabía que fueras experta en aviones - le dijo él sorprendido. -
No lo soy. Ese fue el dato que pude sumar hoy a mi monografía.
Pero lo que importa es la figura de Uribe Vélez. Me sorprende que
ustedes no se hayan enterado de quién es ese individuo. ¡Al fin y al
cabo burócratas! - No somos burócratas - contestó él molesto -.
Sabemos más de lo que tú te imaginas. Apuesto a que no has oído
hablar de Medellín sin tugurios. -Claro que sí - dijo ella -. Y si
ustedes son tan expertos, deberían saber que ahí, precisamente
ahí, estuvo metido Uribe Vélez. - ¿Cómo? - preguntó el asesor -. No
tenía ni idea. - Sí - dijo ella -. Medellín sin tugurios fue un programa
que se inventó Pablo Escobar con el fin de lograr los votos
necesarios para ir al Congreso. Consistía en darle casa a miles de
familias en la miseria, que no tenían dónde vivir ni el dinero
necesario para adquirir una vivienda. En la práctica, Escobar
regaló ese barrio y lo convirtió en su fortín electoral. Las gentes lo
veían como un semidiós. Cuando lanzó su candidatura al
Congreso, sabía que contaba con los votos suficientes para ser
elegido. Pero como no tenía el aval de nadie, pensó en Luis Carlos
Galán, el jefe del Nuevo Liberalismo. Que Escobar pensara que
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