EL SEÑOR DE LAS SOMBRAS (Biografía no autorizada de Alvaro Uribe) 1 | Page 242
¡De comprobarse esta circunstancia, estaríamos ante un acto de
encubrimiento y de obstrucción a la Justicia que, por sí solo,
podría dar lugar a que el Jefe del Estado fuera investigado
penalmente por la Cámara de Representantes!
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Sangre y Paz
Por Enrique Parejo
Mayo de 2004
¡La sangre derramada con las motosierras no puede llevar al
camino del perdón!
Los crímenes abominables de los paramilitares deberían ser
sancionados con la mayor severidad posible. No hacerlo,
constituye un acto de tremenda injusticia, que debe ser
sancionado por la Historia, si no puede serlo por las leyes
nacionales o internacionales.
Nos encontramos ante la grave circunstancia de que, no obstante
las atrocidades sin nombre cometidas por los paramilitares, el
presidente Uribe, que al parecer, llegó al poder con la consigna de
asegurar la impunidad de sus crímenes, hizo aprobar en el
Congreso, con ese fin, la mal llamada Ley de Justicia y Paz.
Pero el presidente quiere ir más allá de procurar la impunidad de
esos gravísimos delitos, sin antecedentes, por su gravedad, en la
historia nacional. Quiere que sus autores pasen a ser los
protagonistas del proceso político venidero. Ya no en la
clandestinidad, como lo han venido haciendo desde los tiempos
en que Uribe era el gobernador de Antioquia, sino públicamente,
con la bendición presidencial. Peor aún, el Presidente ha
persuadido a la mayoría de los colombianos, con la capacidad de
encantador de serpientes que heredó de sus mayores, de que la
sociedad toda debe apoyarlo a él y a sus amigos, los paramilitares,
en ese empeño.
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