EL SEÑOR DE LAS SOMBRAS (Biografía no autorizada de Alvaro Uribe) 1 | Page 233
De otra parte, el Contralor General de la República, quien ha
realizado una plausible labor al servicio de la verdad, ha
denunciado las graves falencias de la gestión del gobierno en
materia social. Ha sido uno de los pocos funcionarios que no ha
abdicado de sus responsabilidades públicas y que ha puesto la
verdad y la ley por encima de sus conveniencias personales. Su
conducta debe ser un ejemplo para todos los altos funcionarios de
este atribulado país.
Después de los cuatro primeros años de gobierno del presidente
Uribe, en Colombia, la ley sigue siendo una irrisión. La Justicia
continúa en estado de grave postración. La soberanía nacional ha
sido sometida a poderosos intereses foráneos. La moral se
encuentra más escarnecida que nunca. La justicia social se halla
patas arriba. Los peores delincuentes son beneficiarios de
excepcionales privilegios, otorgados por el gobernante que más ha
dicho que iba a combatirlos. Y la corrupción, rampante como
siempre, es más fuerte que nunca. El presidente no sólo no ha
hecho nada importante por combatirla, sino que se ha servido de
ella en favor de sus amigos y de sus propias ambiciones.
Ojalá los colombianos despierten del embrujo autoritario que
están sufriendo, para que puedan darse cuenta de las condiciones
desastrosas en que se encuentra el país y tengan la capacidad de
señalarle a éste el rumbo que más le conviene. Que no puede ser
sino aquél que lo lleve a la justa posición que debe ocupar entre
las naciones del mundo. Un país en donde no sea necesario gritar:
¡No más engaño! ¡No más mentiras! ¡No más injusticia!
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Un insólito proceso de paz
Por Enrique Parejo González
Septiembre de 2006
Uno de los argumentos más socorridos de los ‘paramilitares’ es el
de que sus acciones son consecuencia de su lucha contra la
guerrilla, al lado del Estado.
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