EL SEÑOR DE LAS SOMBRAS (Biografía no autorizada de Alvaro Uribe) 1 | Page 213
no logran su objetivo de llegar al poder. Todo indica que, para este
propósito, cuentan con el apoyo del Presidente de la República.
No entendemos por qué muchos de los que fueron entusiastas
galanistas, son hoy aliados del Presidente Uribe y promotores o
defensores de los paramilitares. Esa alianza es incomprensible, si
se tiene en cuenta que éstos les han dado muerte a campesinos
no combatientes, calificándolos de simpatizantes o auxiliadores de
la guerrilla. Y a quienes asesinan, en un país como el nuestro, que
se enorgullece de contar, entre sus más importantes logros la
prohibición de la pena de muerte, aún dentro de procesos
legalmente regulados.
No hay derecho a proceder así, ni siquiera en el caso de que se
tratara de reales colaboradores de la guerrilla, ni de guerrilleros de
las FARC o del ELN. Las acciones de los paramilitares tienen el
corte de acciones fascistas, con todas las características de
obedecer a una guerra planteada por los ricos contra los pobres.
De ahí que los paramilitares hayan amasado cuantiosas fortunas
con el despojo de los bienes que les han arrebatado a sus
víctimas.
Colombia ha retrocedido hacia la barbarie y el mundo entero tiene
sus ojos puestos sobre nuestro país, como uno de los que más
violan los derechos humanos. Pero la habilidad de este Gobierno
ha sido admirable para confundir tanto a sectores de la opinión
nacional como de la opinión internacional, a los cuales les hace
creer que Colombia vive en el mejor de los mundos posibles.
Estamos convencidos de que el de Uribe es el gobierno del engaño
y la mentira. Que ha llegado hasta el extremo de convertirse en el
ariete de la penetración del paramilitarismo, es decir, del crimen
organizado, en la peor de sus formas, en la vida nacional.
Todos esos fenómenos que hemos venido analizando, a pesar de
que no tenían las características de gravedad que revisten hoy,
inquietaban profundamente a Galán. Nos inquietan, por supuesto,
también a nosotros. Tememos por la suerte futura de nuestro país
y sentimos el deber de advertir sobre ese temor a nuestros
compatriotas no comprometidos con los fenómenos paramilitares
o guerrilleros.
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