EL SEÑOR DE LAS SOMBRAS (Biografía no autorizada de Alvaro Uribe) 1 | Page 196
sostuvo en La Nación del 2 de marzo de este año, que Pastrana se
empeñó en su proceso de paz porque “estaba convencido de que
una campaña masiva contra las FARC desangraría a Colombia”, y
le podría costar “por lo menos doscientas mil vidas de campesinos
inocentes, más de cinco mil millones de dólares a una economía
ya desangrada y, lo que es peor de todo, la destrucción de la
democracia”. Uno de los supuestos de Martínez es erróneo. ¿De
qué democracia habla? En Colombia no hay democracia. Colombia
tiene un régimen de fuerza, que se apuntala cada cuatro años
sobre unas elecciones aparentes. Y es muy conservador en sus
cálculos: ¿doscientos mil muertos inocentes? No. El conflicto, si
comienza de acuerdo con los parámetros que ha fijado Álvaro
Uribe, va a durar entre diez y veinte años, y le va a costar al país
más de un millón de víctimas, la pérdida de la escasa soberanía
que aún le queda y la destrucción total de su economía. (Con el fin
de llamar la atención de la comunidad internacional, Sorman
anota, entre otras cosas, que las FARC arrasan anualmente 150
mil hectáreas de bosques anuales para dedicarlas al cultivo de la
coca). Ahora bien, Martínez es muy acertado en una serie de
precisiones. “Casi el único proyecto político de la presidencia de
Pastrana – dice - era sellar la paz, y sin embargo el precio que se
pagó para ganarla fue más cuantioso y terrible que el de una
guerra”. “En el río revuelto de la guerra colombiana, los únicos que
están fortaleciéndose son los paramilitares... Más crueles y
bárbaros que ninguno de los bandos en pugna, aprovecharán el
conflicto para extorsionar a los indefensos agricultores y entrar a
saco en las zonas de las que están retirándose los guerrilleros. No
será fácil para el gobierno sacarlos de allí”. “Rara vez los
adversarios combaten entre sí (porque) su campo de batalla es el
cuerpo de los campesinos”. Y en las cifras, que se tornan mucho
más dramáticas si son expuestas por un latinoamericano que vive
el conflicto de su propio país y que se horroriza con el nuestro: “En
los últimos cuatro años, se ha n fugado 4.000 millones de dólares,
según las cuentas de la Bolsa de Valores, y las inversiones han
descendido de un 15 a un 6,6 por ciento del producto bruto. El
gasto militar se ha duplicado desde 1990. Las obras de
infraestructura que han sido destruidas son irreemplazables: dos
grandes acueductos, 1.050 torres del sistema eléctrico, lagos de
petróleo derramados. Sin contar el daño que esas catástrofes
causaron a las escuelas y hospitales, las muertes derivadas de la
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