EL SEÑOR DE LAS SOMBRAS (Biografía no autorizada de Alvaro Uribe) 1 | Page 182

doblegue ante el temor, e inteligente para no caer en el engaño'. "Poco antes de posesionarse, Gómez renunció a los intentos de llegar a un acuerdo con los liberales. De manera que desvió hacia ellos la responsabilidad por la ausencia de colaboración, negó que tuviera cualquier fanatismo religioso o participara de una ideología fascista, y cuando un corresponsal de Newsweek le preguntó por Carlos Lleras Restrepo le contestó: '¿Qué espera usted de mí respecto a un hombre que me ha llamado asesino máximo'? "En su discurso de posesión ante los miembros de la Corte Suprema de Justicia y el Consejo de Estado (por cuanto el Congreso había sido clausurado por Ospina), Gómez insinuó un control gubernamental aún más firme, con la declaración de que toda la nación estaba cansada de la política... y manifestó la esperanza de mantenerla reducida a un mínimo. Sin mencionar directamente el estado de sitio ni la censura de prensa, indicó que sus intenciones eran las de otorgar mayor importancia al orden y a la tranquilidad que a los derechos individuales. Agregó que no permitiría la adulteración de las instituciones del Estado, y que la libertad no conducía a la verdad, sino al contrario... Prometió favorecer los negocios y desarrollar el capital (lo que) debió complacer a la oligarquía que consideraba que un régimen bajo un dirigente más fuerte, representaría un cambio saludable. Y concluyó su perorata afirmando que '... los hombres sólo somos hojas de hierba en las manos de Dios. Que su mano omnipotente salve a Colombia'. “Pero - concluye Martz - Gómez era mucho más que una flexible hoja de hierba, y su gobierno sobrevino mucho antes de que una mano salvadora se extendiera sobre la agobiada República ”. La historia se repite. El paralelo entre lo que se vivió en 1949-50 y lo que se vive en el 2001-02 es impresionante. Un gobierno de derecha, endeble, inmensamente desprestigiado, un presidente que no puede aparecer en público sin que se produzca una estruendosa rechifla, un candidato triunfalista que promete “orden, autoridad y ayuda norteamericana”, unos equívocos proyectos de reforma constitucional, conatos de censura de prensa, entusiasmo musitado por el “sentido de la autoridad”, persistentes declaraciones en torno al “cansancio de la política”, ofertas electorales de reducir esa actividad a su mínima expresión, manifestaciones del candidato mayoritario que dejan entrever que 182