EL SEÑOR DE LAS SOMBRAS (Biografía no autorizada de Alvaro Uribe) 1 | Page 180

beneficiadas con su política económica. Los dirigentes liberales condensaron la tragedia que vivía el país en una carta al presidente Mariano Ospina Pérez: 'No puede decirse que los liberales se abstuvieran de ejercer sus derechos, sino que fueron colocados en una posición en que les era imposible ejercerlos. Cuando la libertad de expresión y la libertad de prensa aún existían, esto fue manifestado claramente por los órganos directivos del partido... Privados de sus cédulas de ciudadanía, miles de miembros del partido hostigados por gobernadores sectarios y por oficiales de policía carentes de principios, se vieron en muchos casos imposibilitados no sólo para ejercer sus actividades políticas normales sino también los más elementales derechos de ciudadanía... La coacción sobre la conciencia individual... alcanzó límites insospechados aquí, en la que siempre se había considerad o que era una tierra de hombres libres'. Los liberales terminaron su carta afirmando que si el Gobierno había decretado el estado de sitio a causa del malestar interno, pero ahora anunciaba que remaban la paz y la tranquilidad, aquella medida extraordinaria debía levantarse de inmediato. De lo contrario, caeríamos en 'una dictadura de inequívoco tipo totalitario'. “La respuesta de los conservadores no se hizo esperar. Para ellos, la violencia era culpa de los liberales. Según Luis Ignacio Andrade, un prominente miembro de ese partido, eran "los liberales los que habían introducido armas de contrabando procedentes de Venezuela para distribuir entre sus copartidarios. "En marzo de 1950, Semana publicó un artículo de Silvio Villegas en que esbozó el carácter del gobierno de Gómez... Este último, según el articulista, había prometido un regreso a los principios constitucionales, pero con fuertes sugestiones de que se estaba considerando la reforma de la Constitución. Villegas, que proponía un sistema corporativo para Colombia, escribió que 'curada la nación de las heridas abiertas por la demagogia, funcionarán normalmente el sufragio popular y las corporaciones representativas y tendremos de nuevo una prensa libre, sin censura previa, pero eso sí, plenamente responsable, como en todos los pueblos civilizados de la tierra...'. "Para Villegas, Gómez, 'víctima de la injusticia, no dejará que se cometa ninguna sin que sea implacablemente sancionada. Ajeno al odio será el magistrado recto e imparcial... y sin más pasión que la grandeza de la patria'. Pero las cosas resultaron exactamente al revés. "La 180