EL SEÑOR DE LAS SOMBRAS (Biografía no autorizada de Alvaro Uribe) 1 | Page 137

generacional. “En una reunión larga y provechosa, el Directorio del Sector Democrático adoptó la posición de apoyar la línea ideológica coordinada por el doctor Ernesto Samper Pizano. Se observa que allí existe la gran posibilidad de una ruptura generacional. La gran posibilidad de romper la fila india con un programa de avanzada muy interesante para el país. Desde luego se están buscando con otros sectores del Liberalismo acuerdos hacia un bloque regional con miras a la Comisión Política Central”. Para much os, el samperismo de Uribe pertenece a la reserva del sumario. Pero lo cierto es que Uribe estuvo estrechamente vinculado al Poder Popular, el grupo con el que su jefe político aspiró en 1990 a la candidatura presidencial, y con el aval de ese movimiento llegó no sólo al Concejo de Medellín sino en tres ocasiones distintas al Senado de la República. La primera, en 1986; la segunda, en 1990, mandato que fue revocado; y la tercera, después de la Asamblea Nacional Constituyente, para una corta legislatura de dos años. “Uribe Vélez, (dijo Semana en plena crisis política (15/10/96), formó equipo con Ernesto Samper y siempre lo respaldó en las consultas liberales. Incluso cuando Luis Carlos Galán le propuso unirse a su movimiento rehusó hacerlo por lealtad con Samper. Se distanciaron, sin embargo, en la campaña presidencial de 1994, cuando el candidato se abstuvo de apoyar la Ley 100. En una manifestación en Bello fue sometido al desaire de tener que escuchar en la tarima, al lado del candidato, toda clase de críticas a su proyecto, sin que le dieran acceso al micrófono para defenderlo. Aunque no tuvo lugar un rompimiento público con su jefe, el hoy Presidente, la relación se enfrió. Ahora, durante el proceso 8.000, ha sido criticado por algunos sectores en Antioquia por su discreción en la crisis política. El se defiende, asegurando que su obligación como gobernador es obrar ante todo por el bien del departamento y eso es lo que está haciendo”. Esa es la versión para el público que, como siempre, tiene visos de realidad. Pero hay algo más detrás de bambalinas. Cuando las sesiones del Congreso de 1994 estaban por terminar, Samper, en ese momento presidente electo, le insinuó que le gustaría sancionar la ley de Seguridad Social, en la que su grupo había trabajado con dedicación y entusiasmo. Pero el ponente, Uribe, se negó a dilatar los debates de tal manera que la discusión final sólo pudiera darse en el siguiente período. La ley fue sancionada con premura por César Gaviria, antagonista de 137