EL SEÑOR DE LAS MOSCAS | Page 47

Aguardó un momento, esbozando el próximo punto a tratar. - Y otra cosa. - Son demasiadas cosas - gritó alguien. Hubo un murmullo de asentimiento. Ralph impuso el silencio. - Y otra cosa. Por poco prendemos fuego a toda la isla. Y perdemos demasiado tiempo rodando piedras y haciendo fueguecitos para guisar. Ahora os voy a decir una cosa, y va a ser una regla, porque para eso soy jefe. No habrá más hogueras que la de la montaña. Jamás. Al instante se produjo un tumulto. Algunos muchachos se pusieron de pie a gritar mientras Ralph les contestaba con otros gritos. - Porque si queréis una hoguera para cocer pescado o cangrejos no os va a pasar nada por subir hasta la montaña. Así podremos estar seguros. A la luz del sol poniente, una multitud de manos reclamaban la caracola. Ralph la apretó contra su cuerpo y de un brinco se subió al tronco. - Eso era to