EL SESQUICENTENARIO DEL PRIMER CONGRESO INTERNACIONAL DE QUÍMICOS Septiembre 2017 | Page 10
Ni Priestley ni Scheele se dieron cuenta de la verdadera importancia de su descubrimiento. El que se percató fue
Lavoisier. Algunos autores, piensan que es más trascendente la comprensión que
el propio hallazgo de las nuevas sustancias. Este es el caso del descubrimiento del oxígeno. Otros autores, indican
que, a veces se entremezclan lo político con lo social y lo científico. el asunto que nos ocupa, Priestley era un progresista
desde el punto de vista político y social, tanto es así que sus ideas lo obligaron a abandonar la Gran Bretaña por defender
la Revolución francesa, por lo que tuvo que huir, primero a Londres y más tarde a Estados Unidos cuando una turba
enfurecida quemó su iglesia y su casa. Desde el punto de vista científico era un conservador que se alineó con los
defensores de la teoría del flogisto, al igual que le ocurrió a Scheele, discípulo y amigo de Torbern Olof Bergman (1735–
1784), acérrimo defensor de esta teoría por la que se enfrentó enconadamente a Lavoisier. Por el contrario, el químico
francés era un conservador político y social –tanto es así que sus ideas y posición económica le costaron la vida–, pero
un progresista desde el punto de vista científico.
La Revolución Química tuvo lugar tras el aislamiento del oxígeno y la comprensión de su importancia para explicar
los fenómenos de la combustión, la respiración y la oxidación, que acabaría con la teoría del flogisto que también trataba
de explicarlos. Además, Lavoisier se ocupó de la nomenclatura de los elementos químicos y sus compuestos en
colaboración con otros insignes químicos franceses. (Figura 1). Por otra parte, nos legó el primer tratado de química
moderna, (Figura 2) que publicó el mismo año en el que se producía la toma de la Bastilla, detonante de la Revolución
francesa. En este libro se halla una de las primeras relaciones de los elementos químicos conocidos, en el que aparece
una clasificación de 33 sustancias bajo el epígrafe de “Tableau de susbstances simples” (Figura 3). En ella se distinguen
cuatro tipos de sustancias simples: 1) las que pertenecen a los tres reinos y se les puede considerar como los elementos
de los cuerpos; 2) las no metálicas, oxidables y acidificables; 3) las metálicas, oxidables y acidificables; y 4) las salificables
y terrosas. La tabla tiene una doble columna donde aparecen los nombres nuevos de las sustancias simples y los
correspondientes nombres antiguos.
De la teoría atómica química de Dalton hasta el caos de la Química
En 1800, cuando expiraba el siglo XVIII se conocían 30 elementos químicos, pero se desconocían sus pesos
atómicos. Aquel mismo año el físico italiano Alessandro Volta (1745–1827) inventa la pila eléctrica, que en su honor
también se la conoce como pila Volta. Este invento tendría una aplicación inmediata en el descubrimiento de nuevos
elementos químicos. Dos químicos destacaron en esta tarea: Humpry Davy (1778–1829) y Jöns Jacob Berzelius (1779–
1848). A Davy se le atribuye el aislamiento de seis nuevos elementos: sodio (1807), potasio (1807), boro (1808), magnesio
(1808), calcio (1808) y bario (1808), mientras que a Berzelius se le reconoce el descubrimiento de cuatro: cerio (1803),
selenio (1817), silicio (1824) y torio (1828). Es decir, ellos dos solos fueron capaces de incrementar el número de elementos
conocidos a comienzos del siglo XIX en más de un tercio de los conocidos en 1800.
Figura 1. Portada del Méthode de nomenclature chimique (1787).
P á g i n a 10 | 25