EL SER PANAMEÑO Vol 1 | Page 13

Patria mía, cuántas veces tus horas son horribles cloacas, oscuros pozos de miedo estremecido. ¡Cementerios de tristes excrementos! Te miro a veces, Patria, como un túnel de cruces y burdeles, como un golpeado muro de cantina. Espectros insaciables, cual brujas mitológicas, chupan tu sangre pura, cortan tu sangre humilde, tus manos temblorosas como pétalos. La Patria nunca muere. Vive como una daga, como un rastrillo joven. La escuela y los dulcísimos claveles de los textos; los oficios heráldicos del fruto colectivo, los goznes de los céspedes del cosmos; los leales territorios ábrenle el corazón como una rosa. JOSÉ FRANCO Si fuera el canal un sitio dulce, si fuera un sendero de alborozo, si abriera sus compuertas a la dicha del hombre sin remilgos; si la bandera nuestra tremolara en sus aguas. Si no decapitaran la alegría... iríamos contigo, saludando, haciendo un mundo bueno. Sería el canal un sitio puro, un eterno vehículo de amor.