DEMETRIO HERRERA SEVILLANO
Paisano mío,
panameño;
tú siempre respondes: «sí».
Pero no para luchar.
Que no para protestar
cuando te ultrajan a ti.
Paisano mío,
panameño:
tú siempre respondes «sí».
¡Por favor!
Que no se diga
Que tú no tienes conciencia.
¡No, no, no!
Ni que sólo dices «sí»
aunque necesites «no».
Ni que te gusta el ultraje.
¡No, no, no!
Ni vagar en la miseria…
Si te dan un peso diario,
«Sí, sí, sí.»
Si te gobierna un tirano,
«sí, sí, sí.»
Paisano mío,
panameño:
tú siempre respondes «sí».
Pero no, que dices «no»
cuando necesitas «sí».
Y al decir «sí» cuando «no»
y «no» cuando debes «sí»,
resulta que tu «sí» es «no»,
lo mismo que tu «no» «sí».
Aprende a decirle «no»,
aprende a decirle «no»
a lo que le dices «sí».
Tú siempre respondes: «sí»,
paisano mío,
panameño;
tú siempre respondes: «sí».
Pero no para luchar.
Y menos para ultrajar
cuando te ultrajan a tí,
paisano mío,
panameño;
tú siempre respondes: «sí».
Pero no, que dices «no»
cuando necesitas «sí».
Y al decir «sí» cuando «no»
y «no» cuando debes «sí»,
resulta que tu «sí» es «no»,
lo mismo que tu «no» «sí».