El Rincón del Ajedrecista Junio 2013 | Page 11

Inarkiev–Z. Almasi Memorial Capablanca, 2013 1.e4 e5 2.¤f3 ¤c6 3.¥b5 ¤f6 4.¤c3 Prefiere una 4 caballos a un Muro de Berlín... El brillante ganador del torneo nos sorprende con: 4...¥d6!? XIIIIIIIIY 9r+lwqk+-tr0 9zppzpp+pzpp0 9-+nvl-sn-+0 9+L+-zp-+-0 9-+-+P+-+0 9+-sN-+N+-0 9PzPPzP-zPPzP0 9tR-vLQmK-+R0 xiiiiiiiiy ¿E s legal colocar el alfil delante del peón de d7? Más aún: ¿no puede hacer nada el gobierno cubano para impedir semejante ultraje a la memoria de su gran campeón? Lo primero que hacemos es ir a la base de datos, en la que encontramos datos motivadores: la nada despreciable cantidad de 717 (!) partidas con la variante, una actuación para el blanco por debajo del 50 % e ilustres practicantes como Eljanov, Ivan Sokolov o el propio Almasi. Una primera ventaja de 4...¥d6, importante si nos enfrentamos a un rival más débil, es que evita las variantes de tablas que el blanco puede adoptar tras 4...¤d4 o 4...¥b4, y de hecho el negro tiene ventaja de Elo en las partidas que he examinado (esto puede explicar los buenos resultados para el negro), pero aún tenemos que investigar qué se puede hacer con el alfil que nos bloquea momentáneamente el desarrollo. 5.a3!? Otra jugada cuando menos curiosa para nuestro ignorante ojo, que previene el cambio del ¥b5 a cambio de un tiempo. Revisemos con algo de detalle las alternativas: a) El propio Capablanca, que se encontró esta variante en unas simultáneas a la ciega, intentó castigar al presunto pichón con 5.¥xc6 dxc6 6.d4?! ¥b4 7.dxe5?! (7.¤xe5=) 7...£xd1+ (7...¥xc3+ quizá sea aún más dura) 8.¢xd1 ¥xc3 9.exf6 ¥xf6 10.e5?! ¥e7 11.¥g5 ¥g4 12.¥xe7 ¥xf3+ 13.gxf3 ¢xe7 (Capablanca-Cohen, Nueva Yo rk 1911) y la posterior victoria del genio cubano no se debió precisamente a la superioridad de su posición... b) Tras 5.d4 se diría que el alfil está mal colocado, pero 5...exd4 6.¤xd4 O-O 7.O-O ¦e8 8.¤f5 8.¤xc6? dxc6 9.¥d3 ¤g4 da bastante miedín 8...¥e5=, como en Lugo-Kaidanov, Campeonato de EE UU, 2006, desmintió esta valoración previa. c) 5.d3 es lo más natural y frecuente. Examinamos una partida que nos permite ver en acción el plan negro para reciclar el ¥d6. 5...a6 6.¥a4 (Últimamente se ha probado 6.¥xc6 dxc6 7.¥g5 h6 8.¥h4 Interesante pero no parece demasiado peligroso). En Kadric-Sokolov, Croacia 2012, el negro pareció quedar bien tras 8...£e7 (Se me ocurre la novedad 8...c5!? provocando 9.¤d5?! XIIIIIIIIY 9r+lwqk+-tr0 9+pzp-+pzp-0 9p+-vl-sn-zp0 9+-zpNzp-+-0 9-+-+P+-vL0 9+-+P+N+-0 9PzPP+-zPPzP0 9tR-+QmK-+R0 xiiiiiiiiy 9...g5! 10.¤xf6?+ £xf6 11.¥g3 ¥g4 y el alfil blanco queda emparedado, 10 como en una famosa partida precisamente de Capablanca: 9.h3 g5 10.¥g3 ¤h5!, pues si 11.¥xe5 ¥xe5 12.¤xe5 ¤f4) 6...h6 (6...b5!? 7.¥b3 ¤a5›) 7.¤e2!? («Españolizando » la posición) 7...b5 8.¥b3 O-O (8...¤a5!?) 9.c3 ¦e8 10.¤g3 XIIIIIIIIY 9r+lwqr+k+0 9+-zpp+pzp-0 9p+nvl-sn-zp0 9+p+-zp-+-0 9-+-+P+-+0 9+LzPP+NsN-0 9PzP-+-zPPzP0 9tR-vLQmK-+R0 xiiiiiiiiy 10...¥f8! ¿El alfil negro ha perdido tiempos? Los mismos que cuando llega aquí desde la a e7 en la Española Cerrada. 11.O-O d5= y el negro no tiene problemas, como en Berbatov-Rusev, Campeonato de Bulgaria, 2011. d) 5.O-O O-O 6.d3 lleva a versiones empeoradas de la variante anterior, ya que el enroque quita opciones como el ataque rápido con g4. 5...OO 6.d3 ¦e8 7.¥c4!? XIIIIIIIIY 9r+lwqr+k+0 9zppzpp+pzpp0 9-+nvl-sn-+0 9+-+-zp-+-0 9-+L+P+-+0 9zP-sNP+N+-0 9-zPP+-zPPzP0 9tR-vLQmK-+R0 xiiiiiiiiy P arece una jugada de café (y de hecho quizá lo sea), pero plantea una curiosa trampa. En Robson-Almasi, SPICE Cup 2010, se examinó la crítica 7.g4!? intentando explotar el retraso en el desarrollo del flanco de dama. Después de 7...¥f8 quedó sin comprobarse si la indudable compensación del negro es suficiente tras 8.g5 (En la partida la posición de Robson quedó hecha La barrera del aficionado E n el segundo ejemplo afrontamos un intento más ambicioso, preparando el estudio de toda una variante desconocida para nosotros. La misma magnitud del proceso nos obliga a un trabajo inicial más «ideológico»: