ba nos quedábamos a-hí. Estuvimos uno o dos a-ños sin salir a tocar”.
¿Entonces cómo surgió Ojos Locos?, te pregun-tás... "En un momento di-je: 'me voy a hacer una ban-da de rock y quiero can-tar, tengo canciones y le-tras que vengo haciendo y quiero plasmarlas'. Ahí los llamé a Gastón y a Lu-lú, pero él estaba ocupa-do con Xeito Novo y otra banda de rock. Así que tu-ve que apelar a otros mú-sicos del barrio. A Juanci-to, amigo de una amiga, le tiré los temas y lo su-mé. Los ensayamos. Hici-mos un par de shows (Mon-tana, Álvarez y Borges), pe-ro era bastante mutante la cosa, había un violero que iba, y otro que venía, no era estable, salvo Juan-cito que tenía 15 años y estaba ahí firme”.
En 2003 llego el momen-to en que Martín se can-só: “ese verano planteé 'Va-mos a armar la banda con músicos estables, vamos a ir para adelante con la gente que pueda, que ten-ga disponibilidad y que quiera tocar'. Ahí lo volvi a llamar a Luis y lo con-vencí (seguía con Xeito, pero no con la otra ban-da), ofreció traer un ar-moniquista (Germán). Des-pués lo llamé también a Matute y le pasé unos de-mos que habíamos gra-bado. Pero un ensayo ve-nía y faltaba al otro, así es-tuvimos un tiempo. Has-ta que por fin nos junta-mos todos, ensayamos y nos miramos como dicien-do: 'chau! Es esto!'".
El proceso para Ojos Lo-cos estuvo teñido de la caradurez que toda ban-da requiere para tocar la primera vez. “Llevábamos 3 ensayos juntos, y se me ocurrió llamar a un pro-grama de radio donde en-trevistaban a Ricardo Ta-pia. Era la época que La Mississippi salía con su “Gira por los Barrios” y Tapia se comprometió al aire: 'en un mes tocamos en Niceto y queremos que vengan' y no podíamos desperdiciar la oportuni-dad. Nos juntamos casi todos los días a preparar seis temas, ensayar a full, como pudimos, y sali-mos. Y de ahí no paramos en 13 años. Siempre tuvi-mos eso de aventura, de adrenalina, que nunca podes saber para dónde va, qué puede pasar. Y está buenísimo”.