incluso por cuestiones personales, se arma una conjunción de cosas que si seguís para adelante te podes llevar todo puesto y eso puede afectar a la esencia de la banda, que es que cada vez que nos subamos a un escenario dejemos todo y estemos convencidos de que eso que estamos haciendo es lo que todos queremos para nuestras vidas. Te-níamos varias fechas por delante, pero para noso-tros era más importante conservar la salud inteior del grupo”.
¿Cuál la fórmula, para se-guir después de 13 años juntos? Para Martín, la clave está en la creativi-dad y asumiendo nuevos desafíos: “Yo creo que u-no tiene que ser creativo en todos los aspectos de su vida, lo que te permite reinventarte constante-mente y renovar el ansia por resignificarte. En la banda, nos gusta afrontar un desafío, nos gusta a-prender. Eso es lo que permite que no nos can-semos, que no sintamos que no nos estamos re-pitiendo en algo que ya estamos haciendo hace 13 años”.
PASADO: EL LARGO CA-MINO TRANSCURRIDO
Así recuerda él su pasado reggae y las miles de idas y venidas que tuvo el proyecto Ojos Locos: "An-tes de tener la formación, yo iba diciendo 'tengo una banda que se lla-
ma Ojos Locos´. Y
mis amigos me pre-
guntaban cuándo íba-
mos a tocar, y en rea-
lidad era todo co-
mo una nebulo-
sa que iba y
venía. Des-
de los 15
años yo
tocaba en
Blue
Roots,
telo-
neamos
a Blues
Motel y a
Viejas Locas en
el momento que explotó. Pero en el '97 armé una banda de reggae. Del re-ggae que nosotros cono-cíamos como 'más puro', el que habían inventado Bob Marley y Peter Tosh y que acá lo curtían Los Cafres y Los Pericos. Era-mos como Resistencia Suburbana éramos rocke-ros haciendo reggae. Y e-ra todo un divague, dis-frutábamos de los ensa-yos maratónicos que te-
níamos. Al-
quilábamos
4o 5 horas
la sala de
un amigo,
y cuando
cerra-