Estaba agotado, no estaba seguro cuanto tiempo había sido, pero pareció una eternidad ¿le habra gustado? pensó.
- Nunca pensé que podría disfrutar tanto haciéndolo - parecía que hubiera leido su mente.
Él pasó su brazo bajo su cabeza, ella entendió y se acurrucó sobre su pecho. Él no respondió. La volvió a ver. Ya no veía más a aquella niña que tres años atrás había rescatado. Los pensamientos de lujuria desaparecieron de su mente, pero el apego e interés por ella se mantenían. Era claro ahora, estaba enamorado. No sabía en qué momento había ocurrido, pero lo estaba, y sintió miedo.
- Ale, ¿estás consciente de que no podemos regresar? - No le gustaba lo que decía ni la solución que se le pasaba por la cabeza - No si queremos estar juntos.
- ¿Por qué?
- Por favor, tu sabes por qué.
- ¡Que se jodan! - se levanto de un salto - Si eso es lo que cuesta estar juntos entonces va.
- No es tan simple, los dos por nuestra cuenta allá afuera; muy bien sabes que…
Él se quedó en silencio, como si algo lo hubiera distraído de su pensamiento.
- Se muy bien ¿qué?
- Shhh - Le pidió que se calle - Motos. Se acercan motos, ¡vístete! No hagas bulla y apaga esa antorcha. No te acerques a las ventanas y por nada del mundo se te ocurra salir.
El peor de sus miedos se apoderó de sí. No podía creer que estuviera pasando. Justo cuando ella...