El Reino Olvidado Callejeors | Page 4

Ahora le tocaría dormir en las ruinas del poblado donde había nacido. Lo conocía bien, pero todo le traía malos recuerdos. Cada esquina lo llevaba a aquella noche. Ale no lo sabía, jamás se lo había contado. “No quiero que me tenga lástima” pensaba cada momento que se le venía por la cabeza contarle, “es suficiente con lo que ya ha tenido que pasar como para darle más carga”.

- Vamos Ale que hay que buscar un sitio seguro. - Su ansiedad era evidente por el constante zapateo de su pies, como marcandole el ritmo para que venga.

- Estamos a kilómetros de la ciudad, tranquilo.

- No son ellos los que me preocupan.

- ¿Callejeros?

- Si - Su expresión lo dijo todo, y ella entendió.

- Ok, vamos.

Sus ojos recorrieron el lugar por un instante buscando qué dirección seguir. Como lo había previsto, el sol comenzaba a perder su brillo mientras se ocultaba tras las montañas. De niño había soñado con ir a las montañas y “esconderse con el sol”. Las calles a media luz acentuaban el olor a muerte. La llevó por un estrecho callejón el cual tenía que ir despejando de cajas y plantas. “No solía haber estas plantas”, fue un pensamiento que dijo en voz alta. Alé pareció no escucharlo para su suerte. No era el momento ideal para contarle porque conocía el lugar.

Al salir del callejón entraron a una especie de patio. Quizás no lo reconoció. La vegetación había cambiado, o aparecido, mucho en quince años. Usó