El populismo como concepto en América Latina y en Colombia
Existen dos esfuerzos de construcción conceptual: el primero, de matiz
fundamentalista, pretende definir bases ideológicas del populismo, esfuerzo
en el que sobresale Carlos Moscoso (1990) y Javier Burdman (2009). Para
Moscoso el populismo es una ideología proyectada en el discurso del líder,
se edifica a partir de las relaciones de dominación-subyugación producidas
por las desarticulaciones en la dinámica social interna del pueblo; Burdman
explica el populismo como ruptura con el orden social existente o como el
recurso de parte de la clase dominante para desplazar a otra. Por tanto, el
populismo como ideología se define por la forma de sus interpelaciones y
no por el principio que las articula —conservador, liberal, socialista—.
El segundo, de matiz antagónico, pretende reconocer perspectivas
ideológicas y casuísticas del populismo, presenta populismos de derecha y de
izquierda, en una polaridad que resulta ambigua. Para Franco Savarino (1998)
tal diferenciación no resulta prudente, ya que las fronteras de lo que pertenece
a la izquierda o a la derecha son relativas, borrosas y sumergidas en amplias
zonas grises. De autores como Irene Méndez y Elda Morales (2005) es posible
concluir que los gobiernos populistas han atendido a lógicas de izquierda
como de derecha y, tal como lo expresa Laclau, pueden experimentar cambios
desde un régimen popular democrático a uno autoritario dictatorial, como
en el caso de Perón y Vargas.
En definitiva, en esta orientación el populismo, como ideología
aparece débil, desorganizado, no estructurado y no sistemático; sin embargo,
conforma un conjunto de valores y creencias que, provenientes de corrientes
ideológicas diferentes, configuran una visión de las realidades que cada
pueblo vive.
3.5 Conceptos de populismos de orientación performativa
Bajo esta orientación los conceptos de populismo controvierten la
visión peyorativa que este ha tenido. Resalta cómo a través del populismo se
permite la materialización de la acción política, la construcción de pueblo,
la configuración de demandas sociales, la reinterpretación de imaginarios,
teniendo en cuenta la subjetividad de los sujetos, la cultura y los discursos.
En esta tendencia sobresalen autores como Laclau (2005), que aborda
la dimensión discursiva del populismo; Mansilla (2009), que alude a la
metamorfosis cultural lograda con el populismo; y Retamozo (2006), que
propone la construcción de una epistemología propia del populismo.
Medellín, enero-junio de 2013: pp. 112-137
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