Gildardo Antonio Bueno Romero
En la década del 2000 surgió el creciente interés por redefinir el
concepto de populismo, a propósito de Hugo Chávez en Venezuela, Néstor
Kirchner en Argentina, Evo Morales en Bolivia y Rafael Correa en Ecuador;
debate que se reafirma al analizar las propuestas políticas y económicas
de estos gobiernos, y su proximidad a los modelos históricos llamados
populistas por su discurso, por la defensa de la soberanía nacional, por las
nacionalizaciones propuestas, por su orientación izquierdista y oposición a
la política neoliberal (Cf. Susanne, 2007).
El análisis de estos momentos revela que las lecturas del populismo
como concepto para comprender diferentes gobiernos, no se hicieron para
explicar procesos como la evolución del pensamiento político y sociológico,
sino para reseñarlos como torpes y fallidos esfuerzos tropicales por haberse
alejado de los parámetros de los modelos de desarrollo capitalista.
2.2 La lectura de los conceptos de populismo y sus referentes
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En la interpretación de la realidad latinoamericana, según Marcos
Roitman (2008), existió la tendencia a construir “tipos ideales” de conceptos
como democracia, capitalismo, liberalismo, configurados desde la ciencia
eurocéntrica; pronto, el desarrollo europeo, en lo político, económico
y social, se convirtió en modelo a imitar y los procesos de desarrollo en
América Latina se explicaron por lo que les sobraba o les faltaba respecto a
sociedades avanzadas y a tales conceptos. Inevitablemente se concluyó que
los procesos latinoamericanos eran imperfectos y anómalos.
Cuando a partir de la segunda mitad del siglo xx , los teóricos intentaron
explicar lo ocurrido después de 1930, encontraron que cada Estado
experimentó fenómenos diversos: múltiples prácticas políticas nutridas desde
diferentes corrientes ideológicas —nacionalismo, socialismo, liberalismo—,
líderes carismáticos que adoptaron formas autoritarias, alianzas multiclasistas,
discursos que tras ensalzar el poder del pueblo rechazaban el imperialismo,
el statu quo y la oligarquía; y, sobre todo, los intelectuales observaron la
puesta en marcha de medidas económicas y políticas que reñían con la lógica
capitalista y liberal tradicional, pero que fracasaban, dejando el sinsabor de
sociedades en crisis.
Todos estos fenómenos o acciones que difícilmente pudieron ser
encuadrados en modelos teóricos o ideológicos conocidos, se congregaron
bajo el populismo. Al suplir el desfase entre teoría y realidad, el concepto tuvo
Estudios Políticos, 42, ISSN 0121-5167