Populismo y democracia liberal
Los politólogos Cas Mudde y Cristóbal Rovira Kaltwasser han propuesto el siguiente cuadro sobre los efectos positivos y negativos del populismo en la democracia liberal:
Efectos positivos
El populismo puede dar voz a grupos que no se sienten representados por las elites políticas.
El populismo puede movilizar a sectores excluidos de la sociedad, mejorando su integración en el sistema político.
El populismo puede mejorar la capacidad de respuesta del sistema político, fomentando la adopción de políticas preferidas por los sectores excluidos de la sociedad.
El populismo puede aumentar la rendición de cuentas democrática incluyendo asuntos y políticas en el terreno político
Efectos negativos
El populismo puede usar la noción y la praxis del gobierno de la mayoría para soslayar los derechos de la minoría.
El populismo puede usar la noción y la praxis de la soberanía popular para erosionar las instituciones especializadas en la protección de los derechos fundamentales.
El populismo puede promover el establecimiento de una nueva división política que impida la formación de coaliciones políticas estables.
El populismo puede propiciar una moralización de la política que dificulte extremadamente alcanzar acuerdos, o incluso lo imposibilite.