En sentido positivo
Varios movimientos sociopolíticos a través de la historia mundial moderna han pretendido que «el pueblo» ―es decir, los agricultores y campesinos, los obreros, los pequeños empresarios, el bajo clero, las clases profesionales (médicos, maestros, profesores, contables, ingenieros, empleados públicos, etc.)― sea quien ostente el poder en los Estados democráticos, en contra así de las élites o clases dominantes.
Estos movimientos populistas se han basado en las ideas políticas de la cultura autóctona sin reivindicar necesariamente el nacionalismo, y oponiéndose siempre al imperialismo. Ejemplos de este tipo han sido el populismo ruso y el populismo estadounidense del siglo XIX (este último llamado también «productivismo»); el cantonalismo español; el agrarismo mexicano; los carbonarios italianos. Pueden estar influenciados (o no) por una o varias ideologías o proyectos políticos definidos. Sin embargo, normalmente no se adhieren a ellos de forma explícita.
En su crítica de la novela Todos los hombres del rey, del premio Pulitzer Robert Penn Warren, Esteban Hernández hace un interesante análisis de la relación entre populismo y aristocracia. Hernández sostiene que en los países menos desarrollados, el populismo va de la mano con la lucha contra el hambre, el aumento de impuestos a los ricos y la supeditación del mundo empresarial a la política, tal como fue planteado por Franklin Delano Roosevelt en los Estados Unidos con el New Deal. Hernández señala que, en esos países, el populismo definiría una alternativa a la aristocracia mucho más probable que el comunismo, y que por esa razón ha sido (y es) denostado por los sectores conservadores.
En una conferencia en 2014, los presidentes Enrique Peña Nieto y Barack Obama discutieron el término populista; para el mexicano, el populismo es un peligro que podría "destruir lo construído" y para el norteamericano es "una lucha por la justicia social". Cabe señalar a este respeto que ambos mandatarios se expresan sobre el mismo término en cambio en un contexto semántico distinto (inglés y español). En español la interpretación peyorativa del termino ha tenido mayor relevancia o uso en la actualidad que la positiva. En cambio, en Estados Unidos (o la lengua inglesa) no ha sido así, tanto la interpretación positiva como negativa son usadas. Esta mayor dualidad para la lengua inglesa, viene reflejada en las propias definiciones del término en los principales diccionarios de referencia dicha lengua