El invierno se puso más fuerte . Y con el, el frío y el hambre, la gallina cada vez se deprimía más. Fue un tiempo muy maluco para ella, la pasó muy mal. Pero sobrevivió hasta la llegada de la primavera. Los días pasaron a ser más calurosos y llenos de colores. Y la gallina empezó a animarse otra vez. Un día, al pasar por un estanque, vio las aves más hermosas, nunca las había visto! Eran elegantes, delicadas, y se movían como verdaderas bailarinas, por el agua.