Un día me llamaron de La Nación, para hacer una breve descripción
de lo que me había pasado. Un artículo muy simple, pero que hizo
que, al día siguiente, me llamara el fundador y Director del colegio
Las Lomas Oral, Roger Rouges, una obra espectacular que se basa
en un sistema canadiense de educación para sordos operados.
Cuestión que me reuní con él, su mujer, y Rosario mi mujer, y me
comentó que le había gustado mucho cómo había destacado al
colegio en mi artículo. Después me preguntó qué tenía pensado
hacer y aportar. Me dijo que era muy importante que participase
activamente del Colegio, como lo había hecho él durante su vida. Le
dije que iba a tratar de apoyar todo lo posible, dentro mis
posibilidades, ya que yo estaba muy complicado de tiempos por
laburo y bla, bla, bla. Lo peor, es que se lo decía en serio, ya que
realmente me interesaba aportar, pero estaba hasta las manos de
laburo. Me dedico a la importación de maquinaria, con lo cual se
imaginarán que estoy hasta las re manos!!!
A esto, Roger me dijo:
- Marcos, yo a tu edad estaba lleno de laburo, proyectos, hijos, etc.,
pero siempre encontré un lugar para hacer algo trascendente, que
ayude a un montón de chicos con problemas. Vos podés elegir
entre aplaudir en la tribuna, y después volver a tu casa disfrutando
los goles que metió tu equipo, o podés bajar a la cancha,
embarrarte, y hacer los goles. Te vas a ir a tu casa mucho más
contento y lleno. Vos tenés que decidir dónde querés estar… En la
vida se puede ser actor o espectador…
Después de escuchar esto, me volví a casa -no tenía ganas de
volver a la o?cina- diciendo, como Felipe de Mafalda, “me cacho”. Y
ahora, ¿qué hago? ¡Este Roger me partió al medio!