Se entiende por Dependencia al estado de carácter permanente en que se encuentran estos grupos de personas más vulnerables, ya sea por razones derivadas de su edad, enfermedad, discapacidad o pérdida de su autonomía física, mental, sensorial o intelectual, ellos son los que necesitan cuidados específicos de acuerdo a sus necesidades individuales.
Los cambios en las sociedades han permitido que los miembros de las familias pasen gran parte de su tiempo fuera del hogar, ya sea por razones de trabajo, estudio o alguna práctica recreativa o deportiva, es por estas razones que cuando hay en el grupo familiar alguna persona que necesita de esos cuidados, se dificulta mucho la atención necesaria a esa persona, ya sea por falta de tiempo o predisposición y las relaciones interpersonales entre los miembros de la familia se tornan conflictivas.
Históricamente las mujeres siempre fueron las que se encargaban del cuidado de sus padres ancianos, de los enfermos o de algún miembro de la familia que tuviera alguna discapacidad. Hoy en la actualidad la mayoría de las mujeres trabaja fuera de su hogar y a ello se le suma el cuidado de su casa y familia, esto provoca que antes situaciones de dependencia de algún miembro de la familia o familiar cercano, la tarea del cuidado se torna en una carga muy pesada de llevar con todas las situaciones psicológicas que la misma conlleva entre el grupo familiar.
Ante esa situación es que los Programas de cuidadores, buscan, capacitan asesoran a personas predispuestas a llevar a cabo esta tarea. Una tarea muy loable y humanitaria, donde su principal objetivo es servir y ayudar a esa persona en situación de vulnerabilidad.
En este último tiempo se ha avanzado bastante en el desarrollo de los cursos de capacitación y formación de cuidadores domiciliarios, pero todavía falta para lograr cubrir todas esas necesidades en ese ámbito y se sigue trabajando para mejorar.
El cuidador debe ser considerado un profesional capacitado en esa tarea, con gran vocación de servicio en la ayuda al otro, y por esa razón su tarea debe ser reconocida y remunerada de acuerdo a la importancia humanitaria y social que tiene dentro de la sociedad.
Bibliografía: Hacia una redistribución igualitaria de las tareas de cuidado.
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