El Misterio de Belicena Villca El Misterio de Belicena Villca Edición 2017 | Page 69
¨El Misterio de Belicena Villca¨
Tharsis tuvieron que acceder a tan deshonrosa oferta: lo hacían por un interés superior, por la
misión familiar y la Espada Sabia.
Una vez arreglada la rendición, los de Tharsis pasaron a servir a los Bárcidas y se
ocuparon de pacificar la Tartéside y reorganizar la producción agrícola e industrial. Por la
buena disposición demostrada se los recompensó con una granja situada muy cerca del
emplazamiento de la desaparecida Tartessos, adonde viviría en adelante la “familia Tharsis”,
salvo los miembros que desempeñaban funciones en las ciudades o acompañaban a los
Bárcidas en los viajes de inspección. Mientras duró la ocupación cartaginesa, no obstante la
protección asegurada por los Bárcidas, la tranquilidad fue escasa debido a las constantes
acechanzas de los Golen, que exploraron palmo a palmo la región buscando la Espada Sabia
y habían sumado ahora la muerte de veinte de los suyos a la lista de cargos a saldar por la
Casa de Tharsis.
A la muerte de Amílcar Barca, en el 228 A.J.C., le sucede su hijo Asdrúbal Barca, pero,
tras ser asesinado en el 220 A.J.C., asume el mando del ejército cartaginés el hijo de éste,
Aníbal Barca. El nieto de Amílcar invade la colonia griega de Sagunto en el año 219 A.J.C.,
que estaba bajo la protección de Roma, e inicia con esa acción la segunda guerra púnica, que
finalizaría en el 201 A.J.C., con la rendición incondicional de Cartago. ¡Treinta años después
de la destrucción de Tartessos, España se veía libre para siempre del invasor cartaginés! Pero
ya era tarde para Tartessos: el nuevo ocupante romano no abandonaría la península hasta la
desmembración de su propio imperio, seiscientos años más tarde.
Con los romanos la Casa de Tharsis tuvo un relativo buen pasar pues se la consideró
como una nobleza nativa aliada y se les restituyeron las funciones de gobierno de la región,
ahora provincia romana, sujetos a la ley de la República y a la autoridad de un procónsul o
propretor. La región de la antigua Tartessos, entre los ríos Tinto y Odiel, quedó comprendida
en la provincia de “Bética”, denominada así por el río Betis, hoy Guadalquivir, que se extendía
hasta el río Anas, hoy Guadiana, frontera de la Lucitanía; los romanos dieron a los tartesios el
nombre de “turdetanos” y a la Tartéside el de “turdetanía”: en pocas décadas la turdetanía se
romanizó, el uso del latín se popularizó, y se constituyeron grandes latifundios rurales,
propiedad de los gobernadores de provincia, magistrados, o Jefes de ejército.
Hacia el siglo I A.J.C. la Casa de Tharsis se había emparentado con la nobleza romana y
era bastante poderosa en la Bética, una provincia que contaba con 175 ciudades, muchas de
ellas ricas y pujantes como Córduba (Córdoba), Gades (Cádiz), Hispalís (Sevilla) o Malaca
(Málaga). Sobre la base de la hacienda cedida por los cartagineses y las restituciones hechas
La España del Alto Imperio Romano
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