El Misterio de Belicena Villca El Misterio de Belicena Villca Edición 2017 | Page 62
¨El Misterio de Belicena Villca¨
acompañarían los Golen con todos sus recursos, trabados en una guerra que consideraban de
vida o muerte para los planes de la Fraternidad Blanca a la que servían.
En tiempos de la caída cultural de los pelasgos, mucho antes de que los Golen iniciasen
su siniestro desplazamiento hacia Europa, el tema original se consteló como Mito, los Nombres
fueron cambiando, y los significados se distorsionaron e invirtieron. En el Mito argivo, Perseo,
por encargo del tirano de Sérifos a quien prometió imprudentemente traer “la Cabeza de
Medusa”, se dirige a la Tartéside pues el Monstruo habita un bosque de la península ibérica:
semejante localización no es gratuita puesto que Vides, el Señor de K'Taagar, fue denominado
por los Sacerdotes Ides, Aides o Hades, el Señor de Tar, es decir, del Tártaro o Infierno, con lo
que Thar-sis, Tar-téside, Tar-tessos, etc., pasaron a designar lugares infernales. A esa
ubicación contribuyeron también, en gran medida, los Golen, cuando lograron observar la
escultura de la Diosa Pyrena y la identificaron en todo el mundo antiguo como “la Gorgona
Medusa”. Al Perseo argivo lo ayudan Hermes y Atenea, en quienes aún es posible reconocer a
Navután y Frya. Navután, en efecto, fue llamado Hermes, Mercurio, Wothan, etc.; como
Hermes, según los griegos, era hijo de una mujer “atlante”, hija de Atlante, y de un Dios (Zeus),
lo que no está lejos de la genealogía del Gran Jefe de los Atlantes blancos; fue inventor de un
alfabeto, de la lira y la siringa, las que canjeó a Febo, el Sol, por el caduceo con el que éste
pastoreaba a sus rebaños: si se considera que el caduceo es una vara con dos serpientes
enrolladas, que El Sol representa al Dios Creador, y el rebaño a los animales hombres, es fácil
distinguir en la figura de Hermes a la del que ha comprendido, mediante un lenguaje, al
Símbolo de la Serpiente con que el Dios Creador pastorea a sus siervos. Y Frya, por su parte,
fue conocida como Atenea, Minerva, Afrodita, Freya, etc.; de Ella, los griegos decían que
“había nacido ya armada”: era, pues, Diosa de la Guerra, de la Sabiduría, y del Amor.
A partir de su viaje inverso a la Tartéside, el Perseo argivo comienza a comportarse como
un claro exponente del Pacto Cultural: no consulta a las Vrayas sino que les roba el ojo
común; éstas lo envían a Alsos, el hogar de las Alceides, es decir, a un bosque sagrado,
donde encuentra a las Ninfas Melíades, las que no son otra cosa que personificaciones de los
Fresnos; las Ninfas le suministran un saco de piel de grulla, donde colocará la Cabeza de
Medusa, y unas sandalias que permiten volar; Hades le presta el casco de la invisibilidad; y
Hermes le entrega una hoz con forma de media luna para cortar la cabeza del monstruo. Pero
lo que más delata a esta falsificación engendrada por los Sacerdotes del Pacto Cultural es la
prevención del Perseo argivo que teme convertirse en Hombre de Piedra. Porque en el Mito
egeo no es una Sabiduría posterior sino la propia mirada de Medusa la que convierte en
piedra; la Sabiduría, por el contrario, no está atrás de la Muerte sino afuera, junto a Perseo,
definitivamente independizada e inalcanzable para él. Ella no permite que él se refleje en su
Verdad Desnuda: se limita a colocar un espejo objetivo donde el “héroe” contemplará la Muerte
sin que ésta lo atrape. Es toda la ayuda que le brinda Atenea: viéndola desde el espejo,
Perseo clavará la hoz en el cuello de Medusa y dará muerte a la Muerte, sin que esta “hazaña”
le permita alcanzar la inmortalidad. El espejo de Atenea es su escudo protector; la Cabeza de
Medusa, obtenida en la inútil hazaña del Perseo argivo, es colocada por la Diosa en el centro
del escudo, dando a entender claramente que en esta Era, luego del triunfo del Pacto Cultural,
la Sabiduría está escudada en la Muerte, sin que exista posibilidad alguna a los mortales de
llegar a ella. Desde luego, esto es sólo una amenaza de los Sacerdotes del Pacto Cultural para
desalentar la búsqueda de la liberación del Espíritu. En fin, como el Perseo argivo ni alcanzó la
inmortalidad ni consiguió la Sabiduría, no podrá comprender a la Serpiente y por eso se ve
obligado a matarla también, cosa que hará a la vuelta de su “hazaña”, cuando lucha contra un
dragón y libera a Andrómeda, con la que se une y procrea numerosa prole.
Finalmente, corriendo el riesgo de ser ejecutados sin piedad por los tartesios, los Golen
lograron infiltrarse en el Bosque Sagrado y espiar el Ritual del Fuego Frío. Desde aquel
infausto día, los Golen supieron que habían hallado un Rostro y un Hogar para Medusa. En
pocos años, merced a su incesante prédica y a la de los incontables Sacerdotes que los
secundaban en todos los pueblos del Pacto Cultural, se popularizó con renovado vigor la
leyenda argiva de Perseo: los hijos de Forcis y Ceto, las Grayas, las Gorgonas, y la Serpiente
que cuida el Árbol de las Manzanas de oro, habitan en un bosque sagrado de la Tartéside,
región que pertenecía a la sazón al Re ino de Tartessos. Lógicamente, no se verá con claridad
la ventaja estratégica que podía significar para los Golen el reflotar y adaptar un “Mito” si
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