El Misterio de Belicena Villca El Misterio de Belicena Villca Edición 2017 | Page 59

¨El Misterio de Belicena Villca¨ Pasión Animal. Entonces buscará en la Mujer de Carne, a Aquella que además de Alma posea Espíritu Increado, como la Diosa Pyrena, y sea capaz de Revelar, en Su Negrura Infinita, la Verdad Desnuda de Sí Mismo. A Ella, a la Mujer Kâlibur, la amará con el Fuego Frío de la Raza Hiperbórea. Y la Mujer Kâlibur le responderá con el A-mort helado de la Muerte Kâlibur de Pyrena. Noveno Día Entre los Elegidos que afrontaban la Prueba del Fuego Frío podían esperarse tres resultados. En primer lugar, que algunos no aprobasen la Prueba, es decir, que no hubiesen pasado por la experiencia efectiva de la Muerte, sea porque el Terror inicial no dio paso a la Pasión Animal, sea porque el Fuego Caliente no se trocó en Terror, sea porque el Terror impidió mirar de frente la Negrura Infinita, o sea por cualquier otro motivo. En segundo término, que otros hubiesen muerto realmente. Y por último, que algunos de estos hubiesen resucitado. En el primer caso, los Elegidos serían ejecutados a la siguiente noche de la Prueba del Fuego Frío; para los Hierofantes tartesios no debería presentarse a la Prueba el que no estuviese realmente dispuesto a morir; porque de la Prueba nadie debía salir vivo; si se muriese, y se resucitase, el que renaciese no sería quien murió sino un Hijo de la Muerte, alguien que portaría una Señal de Muerte y llevaría en Sí a la Muerte: es decir, el Hijo de la Muerte sería engendrado en la Muerte por Sí Mismo. Quien asistiese a la Prueba, y no muriese, no merecería vivir: las Mujeres Verdugo de Tartessos bajarían el hacha de piedra sobre su cuello; lo asesinarían la noche siguiente de la Prueba, en el Soto de Sauces consagrado a la Diosa Luna Ioa, a orillas del Odiel. ¿Qué ocurría con ellos? nadie conocía de cierto cuál sería su suerte, si realmente morirían para siempre, si resucitarían en otro mundo, si volverían a reencarnar en vidas futuras o si sus Almas trasmigrarían a otros seres. Más, ¿cuánto duraba la Prueba del Fuego Frío? Sólo los Hierofantes, y los que habían fracasado, y que igualmente morirían, lo sabían; sólo ellos habían conservado la conciencia del tiempo transcurrido. Los que se Reflejaron en la Negrura Infinita, y encontraron la Verdad Desnuda de Sí Mismo, recibieron también un Reflejo de la Eternidad: la contemplación de Sí Mismo, que es un Reflejo del Espíritu Eterno, se experimenta en un instante único, inabarcable por el Tiempo de la Creación; los Elegidos que encuentran la Muerte Kâlibur de Pyrena nunca podrán responder a esa pregunta; la experiencia de la Eternidad es indescriptible. De aquí que a los del segundo grupo, los que murieron realmente, se los considerase Muy Amados por la Diosa, ya que Ella los había retenido en la Eternidad. Y se les brindasen los funerales propios de los Guerreros Sabios: tendrían derecho a ser incinerados con la espada en la mano; y una urna de madera de Fresno, con sus cenizas, sería luego arrojada al Mar Occidental. En el tercer caso, cuando excepcionalmente algún Elegido regresaba de la Muerte, se lo incorporaba de inmediato al Colegio de Hierofantes de Tartessos. El hecho constituía un motivo de festejo en todo el Reino pues el pueblo, que no entendía de sutilezas esotéricas, intuía infaliblemente que el Hijo de la Muerte significaba un galardón para la Raza; pese a haber triunfado por Sí Mismo en la Prueba del Fuego Frío, el nuevo Hierofante sería considerado como el exponente de un mérito colectivo, de una virtud racial. Pero los Hierofantes antiguos, que conocían el secreto, acogían igualmente con alegría al Elegido resurrecto: he allí, indicaban, un Hombre de Piedra; un Regresado de la Muerte; uno que en la Muerte fue amado con el Fuego Frío Kâlibur de Pyrena y ahora conserva el Recuerdo de A- mort; uno que ha sentido, más allá del Amor de la Vida, el A-mort de la Muerte Kâlibur, es decir, la No-Muerte de la Muerte Kâlibur, y ahora se ha inmortalizado como hijo de la Muerte. Así lo recibían: Oh Elegido de Pyrena, eras mortal y el A-mort de una Diosa te ha liberado de la Vida. Por Voluntad del Creador Uno de barro fuiste. 59