El Misterio de Belicena Villca El Misterio de Belicena Villca Edición 2017 | Page 496
¨El Misterio de Belicena Villca¨
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kâulikas, estarán junto a nosotros, luciendo, quizás, la insignia Totenkopf –les aseguré, sin
sospechar que esto último se haría realidad antes de lo que Yo pensaba.
En vista de nuestra irrevocable decisión, los kâulikas accedieron a apoyar el viaje al Este.
Brevemente, nos expusieron la situación. Las dos fuerzas militares más poderosas de China
eran los “nacionalistas” de Chiang Kai-Shek y los comunistas de Mao Tse-Tung. Antes de
1937 los dos ejércitos luchaban encarnizadamente, pero ahora enfrentaban juntos al enemigo
nipón. Como es natural, para cualquiera que comprenda la estructura política de la Sinarquía,
a los comunistas de Mao los abastecía la Unión Soviética y a los “nacionalistas” de Chiang los
socorría Inglaterra y Estados Unidos, vale decir, el imperialismo anglosajón. Y fraternalmente
unida, como lo estaban en la Sinarquía sus socios extranjeros, la derecha y la izquierda se
aliaban contra el “fascismo” japonés: en escala reducida, estaba ocurriendo en la guerra
China lo que sucedería cuatro años después en la Segunda Guerra Mundial.
Había una sola diferencia, que para el caso no revestía importancia pues el hombre
despierto se guía por hechos y no por nombres: era el calificativo de “nacionalistas” que
adoptaban para definirse a sí mismos los miembros del partido de Chiang Kai-Shek.
Curiosamente, aquellos “nacionalistas” no estaban apoyados por nosotros, los
nacionalsocialistas, sino por el liberalismo a ultranza de los anglosajones. Y ello se explica
fácilmente porque eso es lo que eran Chiang y sus partidarios: exponente