El Misterio de Belicena Villca El Misterio de Belicena Villca Edición 2017 | Page 362

¨El Misterio de Belicena Villca¨
grave lesión en la capacidad del pensar metafísico y de la percepción metafísica, análogo, si se quiere, a una pérdida de la visión o ceguera. Por analogía se habla de Edad Oscura o Era de Tinieblas: perder la visión, no ver, es lo mismo que“ ver” todo negro.
Existen textos sobre Doctrina ocultista que parecen poseer buena fundamentación filosófica y científica: pero también existen falsificaciones de los cuadros de Leonardo Da Vinci, tan perfectas que resisten el examen de prestigiosos peritos. Y es lógico, tanto en uno como en otro caso, la calidad del fraude depende de la habilidad del falsificador. En el caso esotérico, por desgracia, los falsificadores han alcanzado un alto grado de destreza: los hay muy bien“ preparados” para su misión, dueños de una gran“ Cultura general”. Tomemos, por ejemplo, escritos“ esotéricos” de autores“ sabios” y“ eruditos” tales como H. P. Blavatsky, Rudolph Steiner, René Guenón, Max Heindel, etc., y comparemos el fárrago de teosofismo que sustenta cualquiera de ellos con la elemental sencillez de los símbolos metafísicos de la Sabiduría Antigua; ¿ qué surge en esta comparación? Que no podemos leer un símbolo( ver su verdad) y sí podemos leer un libro sobre el símbolo, que no nos revelará el sentido del mismo, pero nos entretendrá con descripciones y asociaciones múltiples, susceptibles de interpretación racional, que nos crearán la ilusión de una comprensión y un progreso, tal como conviene a la Sinarquía.
“ Existe un daltonismo sensorial y un daltonismo gnoseológico”, escribió alguna vez el gran epistemólogo Luciano Allende Lezama. Se puede agregar que“ existe también un daltonismo semiótico”: es el que padecen quienes no pueden ver la verdad de un símbolo y que debe ser sanado previamente a la búsqueda de un“ Conocimiento Oculto”. Para no ser engañado. Para no ser usado por la Sinarquía.
Sin una clara visión de lo simbólico y un adecuado discernimiento moral, es imposible acceder al conocimiento de la Sabiduría Hiperbórea, la que, por otra parte, no está en las Escuelas Exotéricas. La falta de estas virtudes, o, el desprecio por las mismas, lleva al adeptodaltónico a la búsqueda de los“ fenómenos” y del Poder, a seguir disciplinas“ orientales” sin comprenderlas o a ceder a la fascinación de“ investigaciones cientificistas” en parapsicología( Kámara Kirlian, psicobioenergética, y otras patrañas).
El peligro está en que dichas Escuelas“ Ocultas”( con Personería Jurídica, Razón Social y teléfono) no vacilan en prometer, a gentes de dudosa capacidad espiritual, pero útiles a sus planes, todo tipo de Poderes y“ experiencias liberadoras”. Por supuesto: el progreso vendrá“ luego”, después de unas cuantas“ Iniciaciones”,“ progresando” en los“ grados internos”.
“ No se ayuda a un pobre – dice C. G. Jung – con que le pongamos en la mano una limosna más o menos grande, a pesar de que así lo desee. Se lo ayuda mucho más, cuando le señalamos el camino para que, mediante el trabajo, pueda librarse duramente de su necesidad. Los mendigos espirituales de nuestros días están, por desgracia, en exceso inclinados a aceptar en especie la limosna de Oriente, es decir a apropiarse sin reflexionar de las posesiones espirituales de Oriente e imitar ciegamente su manera y modo”.
Todos estos razonamientos me llevaban a una conclusión: En quien busca Poder fenoménico parapsicológico – taumaturgia – hay siempre un ignorante o un desinformado. En quien promete otorgarlo, sólo puede haber una voluntad perversa. De aquí que hubiese decidido considerar“ coincidencia sincronística” a cualquier posible relación entre el rapto espiritual del día 21 de Enero y el sismo simultáneo. ¡ Podían estar tranquilos en el Valhala Belicena Villca y todos sus antepasados de la Casa de Tharsis, y los Dioses Liberadores, y todo aquel Ser espiritual que observase mi conducta!: para mí, el término de la visión mística señalaba el fin de la experiencia trascendente: ni Yo disponía de un Poder que operase sobre la Materia, ni deseaba tenerlo. Las Potencias de la Materia no habían conseguido engañarme esta vez y, posiblemente, nunca volverían a lograrlo.
Estas reflexiones las hacía mientras pasaban los kilómetros velozmente y Salta se abría generosamente en sus valles y quebradas.“ Entre zonas de coloridos y enhiestos picos, se suceden las cuestas con exuberante vegetación y enmarcadas por rocas de agreste apariencia, algunas famosas como la del Obispo, un faldeo verdaderamente llamativo por su desarrollo y variedad de motivos” leí en el mapa que había adquirido en Cerrillos. Ya me encontraba próximamente a Cafayate, donde planeaba almorzar y adquirir algunos regalos, especialmente el exquisito vino de la zona. Cuando se realizan viajes improvisados,
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