El Misterio de Belicena Villca El Misterio de Belicena Villca Edición 2017 | Page 33

¨El Misterio de Belicena Villca¨ Tercer Día
El Pacto Cultural sobre el que los Atlantes morenos basaban sus alianzas , por su parte , era esencialmente diferente del Pacto de Sangre . Aquel acuerdo se fundaba en el sostén perpetuo de un Culto . Más claramente , el fundamento de la alianza consistía en la fidelidad indeclinable a un Culto revelado por los Atlantes morenos ; el Culto exigía la adoración incondicional de los miembros del pueblo nativo a un Dios y el cumplimiento de Su Voluntad , la que se manifestaría a través de sus representantes , la casta sacerdotal formada e instruida por los Atlantes morenos . No debe interpretarse con esto que los Atlantes morenos iniciaban a los pueblos nativos en el Culto de su propio Dios pues Ellos afirmaban ser la expresión terrestre de Dios , que era el Dios Creador del Universo ; ellos , decían , eran consubstanciales con Dios y tenían un alto propósito que cumplir sobre la Tierra , además de destruir la obra de los Atlantes blancos : su propia misión consistía en levantar una gran civilización de la cual saldría , al Final de los Tiempos , un Pueblo elegido de Dios , también consubstancial con Este , al cual le sería dado reinar sobre todos los pueblos de la Tierra ; ciertos Ángeles , a quienes los malditos Atlantes blancos denominaban “ Dioses Traidores al Espíritu ”, apoyarían entonces al Pueblo Elegido con todo su Poder ; pero estaba escrito que aquella Sinarquía no podría concretarse sin expulsar de la Tierra a los enemigos de la Creación , a quienes osaban descubrir a los hombres los Planes de Dios para que estos se rebelasen y apartasen de Sus designios ; sobrevendría entonces la Batalla Final entre los Hijos de la Luz y los Hijos de las Tinieblas , vale decir , entre quienes adorasen al Dios Creador con el corazón y quienes comprendiesen a la serpiente con la mente .
Resumiendo , los Atlantes morenos , que “ eran la expresión de Dios ”, no se proponían a sí mismos como objeto del Culto ni exponían a los pueblos nativos su concepción de Dios , la cual se reduciría a una “ Auto visión ” que el Dios Creador experimentaría desde su manifestación en los Atlantes morenos : en cambio , revelaban a los pueblos nativos el Nombre y el Aspecto de algunos Dioses celestiales , que no eran sino Rostros del Dios Creador , otras manifestaciones de El en el Cielo ; los astros del firmamento , y todo cuerpo celeste visible o invisible , expresaban a estos Dioses . Según la particular psicología de cada pueblo nativo sería , pues , el Dios revelado : a unos , los más primitivos , se les mostraría a Dios como el Sol , la Luna , un planeta o estrella , o determinada constelación ; a otros , más evolucionados , se les diría que en tal o cual astro residía el Dios de sus Cultos . En este caso , se les autorizaba a representar al Dios mediante un fetiche o ídolo que simbolizase su Rostro oculto , aquél con el cual los sacerdotes lo percibían en Su residencia astral .
Sea como fuere , que Dios fuese un astro , que existiese tras un astro , que se manifestase en el mundo circundante , en la Creación entera , en los Atlantes morenos , o en cualquier otra casta sacerdotal , el materialismo de semejante concepción es evidente : a poco que se profundice en ello se hará patente la materia , puesta siempre como extremo real de la Creación de Dios , cuando no como la substancia misma de Dios , constituyendo la referencia natural de los Dioses , el soporte esencial de la existencia Divina .
Es indudable que los Atlantes morenos adoraban a las Potencias de la Materia pues todo lo sagrado para ellos , aquello por ejemplo que señalaban a los pueblos nativos en el Culto , se fundaba en la materia . En efecto , la santidad que se obtenía por la práctica sacerdotal procedía de una inexorable santificación del cuerpo y de los cuerpos . Y el Poder consecuente , demostrativo de la superioridad sacerdotal , consistía en el dominio de las fuerzas de la naturaleza o , en última instancia , de toda fuerza . Más , las fuerzas no eran sino manifestaciones de los Dioses : las fuerzas emergían de la materia o se dirigían a ella , y su formalización era equivalente a su deificación . Esto es : el Viento , el Fuego , el Trueno , la Luz , no podían ser sino Dioses o la Voluntad de Dioses ; el dominio de las fuerzas era , así , una comunión con los Dioses . Y por eso la más alta santidad sacerdotal , la que se demostraba por el dominio del Alma , fuese ésta concebida como cuerpo o como fuerza , significaba también la más abyecta sumisión a las Potencias de la Materia .
El movimiento de los astros denotaba el acto de los Dioses : los Planes Divinos se desarrollaban con tales movimientos en los que cada ritmo , período , o ciclo , tenían un significado decisivo para la vida humana . Por lo tanto , los Atlantes morenos divinizaban el Tiempo bajo la forma de los ciclos astrales o naturales y trasmitían a los pueblos nativos la
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