El Misterio de Belicena Villca El Misterio de Belicena Villca Edición 2017 | Page 17

¨El Misterio de Belicena Villca¨
militarmente en 1976 , venía soportando una represión tremenda que comenzó con el exterminio de los famosos “ guerrilleros nihilistas ”, tal la calificación oficial , y concluyó con un baño de sangre digno de Calígula , donde cayeron , amén de los míseros guerrilleros , gente de toda laya . Los muertos y desaparecidos se contaban por millares y , en atmósfera tan peligrosa , no era bueno para la salud discutir las directivas militares .
– Ya vendrán tiempos mejores – nos decía el Dr . Cortez – recuerden que los militares se rigen por las leyes de la Estrategia . – Y con su habitual erudición , nos citaba a Maquiavelo , genio de la Estrategia , que en su obra “ El Príncipe ” dice : “... al apoderarse de un Estado todo usurpador debe reflexionar sobre los crímenes que le es preciso cometer , y ejecutarlos todos a la vez , para que no tenga que renovarlos día a día y , al no verse en esa necesidad , pueda conquistar a los hombres a fuerza de beneficios ”. “ Porque las ofensas deben inferirse de una sola vez para que , durando menos , hieran menos ; mientras que los beneficios deben proporcionarse poco a poco , a fin de que se saboreen mejor ”. Esta era , para el Dr . Cortez , la filosofía del Gobierno . Recuerdo como si fuera hoy cuando acompañé a Belicena Villca al pabellón “ B ”, impresionado por su trato culto y su sencilla prestancia . Sin ser realmente alta lo parecía debido a su cuerpo menudo pero erguido ; el cabello negro y lacio , de suaves filamentos , le caía hasta la cintura . Los ojos , ligeramente rasgados , eran verdes y la nariz , algo prominente daba un efecto de firmeza al rostro , enmarcado en un óvalo casi perfecto . Su boca , proporcionada , era de labios carnosos ; las cejas : pobladas y rectas sobre los ojos . Todo en ella emanaba un aire vital que para nada delataba una edad de 47 años y , a pesar de que los rigores pasados dejaron su huella demacrante , se adivinaba que en su juventud había sido una mujer de extraordinaria belleza .
Los estudios realizados en el Hospital , confirmaron que Belicena padecía algún tipo de esquizofrenia , por lo que el Dr . Cortez , no tan sensible a consideraciones estéticas , decidió mantener el diagnóstico de los médicos militares “ demencia senil irreversible ” aunque tal valoración fuese totalmente injusta .
Mientras caminaba por los pasillos rumbo al pabellón “ B ” recibí la primera de las incontables sorpresas que me daría el trato con Belicena Villca y su extraña historia . Leyendo el letrero de material plástico con mi nombre , abrochado en el bolsillo de la chaquetilla , dijo :
– Dr . “ Arturo Siegnagel ”. Tiene Ud . un nombre mágico : “ oso de la garra victoriosa ”. ¿ Lo sabía ?
– Supongo que sí – respondí , mientras traducía mentalmente : Arturo , del griego arctos , significa “ oso ”; Sieg quiere decir “ victoria ” en alemán ; y nagel , “ garra ” en el mismo idioma – . Lo que me sorprende – agregué – es que lo sepa Ud . ¿ Entiende griego y alemán ?
– Oh , no es necesario Dr . Yo veo con la Sangre . Sé lo que siempre supe – me dijo con una sonrisa candorosa .
¡ Sí que está enferma !, pensé neciamente , creyendo que aludía a la teoría de la reencarnación como hacen los espiritistas , clientes permanentes de nuestros pabellones . En ese entonces no podía imaginar ni remotamente que algún día haría esfuerzos inusitados por recordar cada una de sus palabras para analizarlas con gran respeto .
Capítulo V
No debe sorprender que la policía archivara el caso a poco de haber comenzado la investigación pues , tras cada paso que daba en pos de esclarecerlo , todo se tornaba más confuso , siendo injustificable el depositar tanto esfuerzo en un crimen que , parecía , a nadie interesaba resolver . En primer lugar , porque Belicena Villca no tenía familiares conocidos que reclamasen justicia ; pero , principalmente , por el misterio que rodeaba al asunto : ¿ cómo entró el asesino en la celda herméticamente cerrada ?; ¿ por qué utilizó una valiosa cuerda enjoyada para matar a una alienada indefensa ?; y , lo más incomprensible : ¿ cuál podía ser el móvil del crimen , el motivo que hiciese inteligible lo ocurrido ?
No había respuesta para estos y otros interrogantes que surgían y , al pasar el tiempo sin que se avanzara un palmo , el caso fue prudentemente cerrado por la Policía .
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