EL LLANO EN LLAMAS el-llano-en-llamas-de-juan-rulfo | Page 25
" No, no se me olvidará jamás esa primera noche que pasé en
Luvina.
"...¿No cree que esto se merece otro trago? Aunque sea nomás
para que se me quite el mal sabor del recuerdo."
—Me parece que usted me preguntó cuántos años estuve en
Luvina, ¿verdad?...La verdad es que no lo sé. Perdí la noción del tiempo
desde que las fiebres me lo enrevesaron; pero debió haber sido una
eternidad...Y es que allá el tiempo es muy largo. Nadie lleva la cuenta
de las horas ni a nadie le preocupa cómo van amontonándose los años.
Los días comienzan y se acaban. Luego viene la noche. Solamente el día
y la noche hasta el día de la muerte, que para ellos es una esperanza.
"Usted ha de pensar que le estoy dando vueltas a una misma idea.
Y así es, sí señor... Estar sentado en el umbral de la puerta, mirando la
salida y la puesta del sol, subiendo y bajando la cabeza, hasta que
acaban aflojándose los resortes y entonces todo se queda quieto, sin
tiempo, como si viviera siempre en la eternidad. Esto hacen allí los
viejos.
"Porque en Luvina sólo viven los puros viejos y los que todavía no
han nacido, como quien dice... Y mujeres sin fuerzas, casi trabadas de
tan flacas. Los niños que han nacido allí se han ido... Apenas les clarea
el alba y ya son hombres. Como quien dice, pegan el brinco del pecho
del pecho de la madre al azadón y desaparecen de Luvina. Así es allí la
cosa.
"Sólo quedan los puros viejos y las mujeres solas, o con un marido
que anda donde sólo Dios sabe dónde... Vienen de vez en cuando como
las tormentas de que les hablaba; se oye un murmullo en todo el pueblo
cuando regresan y uno como gruñido cuando se van... Dejan el costal
de bastimento para los viejos y plantan otro hijo en el vientre de sus
mujeres, y ya nadie vuelve a saber de ello hasta el año siguiente, y a
veces nunca... Es la costumbre. Allí le dicen la ley, pero es lo mismo.
Los hijos se pasan la vida trabajando para los padres como ellos
trabajaron para los suyos y como quién sabe cuántos atrás de ellos
cumplieron con su ley...
"Mientras tanto, los viejos aguardan por ellos por el día de la
muerte, sentados en sus puertas, con los brazos caídos, movidos só lo
por esa gracia que es la gratitud del hijo... Solos, en aquella soledad de
Luvina.
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