EL LIBRO DE ENOC
Capítulo 57
Sucedió después de eso que vi un ejército de carros conducidos por
hombre y que iban sobre los vientos desde el oriente y desde el occidente
hacia el sur.
Se escuchaba el ruido de los carros y cuando ocurrió tal alboroto los
santos notaron que las columnas de la tierra se movieron de su sitio y el
sonido que se produjo se oyó de un extremo al otro del cielo durante un
día.
Y ellos se prosternaron y adoraron al Señor de los espíritus. Éste es el fin
de la segunda parábola.
Capítulo 58
Comencé a recitar la tercera parábola acerca de los justos y de los
elegidos.
¡Felices vosotros justos y elegidos pues vuestra suerte será gloriosa!
Los justos estarán a la luz del sol y los elegidos en la luz de la vida eterna;
los días de su vida no tendrán fin y los días de los santos serán
innumerables. (Ap 21:23-24; 4Es 2:35)
Buscarán la luz y encontrarán justicia con el Señor de los espíritus: habrá
paz para los justos en nombre del Señor eterno. (Lc 2:14, 24:36)
Después de esto serán enviados los santos del cielo a buscar los
misterios de la justicia, patrimonio de la fe, pues brilla como el sol sobre
la tierra y las tinieblas están desapareciendo.
Habrá una luz infinita aunque por determinados días ellos no vendrán,
porque antes habrán sido destruidas las tinieblas, la luz habrá sido
afirmada ante el Señor de los espíritus y la luz de la verdad habrá sido
establecida para siempre ante el Señor de los espíritus.
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