EL LIBRO DE ENOC
Allí mis ojos vieron cómo fabricaban sus instrumentos: cadenas de un
peso inconmensurable.
Le pregunté al ángel de paz que iba conmigo, diciendo: «¿Para qué están
siendo preparadas esas cadenas?».
Y me dijo: “Esas están siendo preparadas para las tropas de ’Asa’el, para
que puedan agarrarlos y lanzarlos al abismo de total condenación y cubrir
sus quijadas con piedras ásperas tal como mandó el Señor de los
espíritus. (Ap 20:1-3)
Miguel, Gabriel, Rafael y Sariel en ese gran día los agarrarán y los
arrojarán en el horno ardiente, para que el Señor de los espíritus pueda
vengarse de ellos por convertirse en súbditos de Satanás y descarriar a
aquellos que habitan sobre la tierra.
Como en los tiempos en que vino el castigo del Señor de los espíritus y
Él abrió los depósitos de agua que están sobre los cielos y las fuentes
subterráneas.
Y todas esas aguas se juntaron, aguas con aguas: las que están sobre
los cielos son masculinas y las que están bajo la tierra son femeninas.
Y fueron exterminados los que habitaban sobre la tierra y bajo los límites
del cielo, para que reconocieran la injusticia que perpetraron sobre la
tierra y por ella perecieron.
Capítulo 55
Tras ello la cabeza de los Días se arrepintió y dijo: «En vano he destruido
a todos los que habitan sobre la tierra».
Y juró por su gran nombre: “De ahora en adelante no actuaré más así con
los que habitantes de la tierra; colocaré un símbolo en los cielos como
prenda de la fidelidad mía para con ellos por el tiempo que los cielos estén
sobre la tierra.
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