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hiperpreocupante: aparte de lo enunciado más arriba, todo desemboca en la agudización del cambio climático y en el aumento de la comida basura, que cada vez trae más enfermedades.
Parece que motivos no nos faltan para proteger a nuestros arbolitos, y si no, vean con todas las funciones que cumplen en beneficio del equilibrio del planeta y de nuestra salud.
Algunas razones para plantar árboles y mimarlos
- Combaten el cambio climático: absorben el CO2 y almacenan el carbono al tiempo que liberan oxígeno al aire. En un año, una hectárea de árboles adultos puede absorber las emisiones generadas por un coche a lo largo de 90 000 km.- Limpian el aire: absorben los olores y gases contaminantes( óxidos de nitrógeno, amoníaco, dióxido de azufre y ozono) y filtran las partículas contaminantes, atrapándolas en sus hojas y corteza.- Proporcionan oxígeno: el mismo que hace posible que nosotros y el resto de los seres vivos respiremos.- Refrescan las calles y la ciudades: dan sombra a nuestros hogares y calles, cortando las“ islas de calor” y liberando vapor de agua al aire a través de sus hojas.- Conservan energía: tres árboles colocados estratégicamente alrededor de una casa pueden reducir hasta en un 50 por ciento la necesidad de usar el aire acondicionado en el verano.- Ahorran agua: la sombra disminuye la evaporación de las hierbas sedientas. Y cuando transpiran, aumentan la humedad atmosférica.- Ayudan a prevenir la contaminación del agua: reducen el escurrimiento, atrapando el agua de lluvia y permitiendo así que fluya por el tronco y las hojas hacia la tierra que está debajo. Esto evita que las aguas de lluvia se lleven los contaminantes al océano y permite que las napas freáticas se realimenten de agua limpia.- Ayudan a prevenir la erosión del terreno: en las( Sigue en pág. 11) www. ellibrito. es
Pagan con su vida por defender la vida
Tal vez el más famoso de todos sea Chico Mendes(*), asesinado en la Amazonía brasileña en diciembre de 1988 por defender la selva y a los caucheros que en esa época se protegían del avance y los abusos de los fazendeiros( rancheros).
Pero esta historia en realidad había empezado antes y continúa hasta nuestros días. Miles de activistas anónimos, la mayoría campesinos y aborígenes, han sido asesinados, sobre todo en la Amazonía y en Centroamérica(**). Sus pecados: defender los ríos, las montañas, las selvas y la dignidad de los pueblos originarios que todavía viven en su interior. Brasil y Paraguay seguramente sean los países más golpeados, ya que el avance de la soja transgénica ha hecho estragos en sus bosques.
En marzo del año pasado, en Honduras, cayó Berta Cáceres. A los 15 días le tocó a Nelson García, uno de sus hombres más cercanos. Y a los cuatro meses a Lesbia Yaneth, líder indígena que compartía la lucha con ellos.
Berta era una mujer de 42 años que, junto a su gente, se oponía a la construcción de la presa Agua Zarca, presa que, entre otras cosas, destruiría la selva y el hábitat natural de la etnia lenca. Estos nombres son solo una ínfima parte de una lista interminable, y los culpables de dichos asesinatos son generalmente propietarios o gestores de grandísimas extensiones de tierras, o responsables de las multinacionales que, con tal de llevar adelante sus proyectos, no tienen ningún tipo de escrúpulo para quitárselos de encima. Los autores materiales rarísima vez terminan en la cárcel; los autores intelectuales, que mayormente viven en Europa, ni siquiera llegan a ser citados por un juez.
(*) En la biblioteca de Corralejo hay un excelente libro de Javier Moro, Senderos de Libertad, que habla sobre su vida.
(**) Más de una multinacional española son las que están involucradas en varios proyectos hidroeléctricos. Terminan metidas en asuntos que apestan.