El jugador - Fedor Dostoiewski
indiferencia, sin contestar siquiera a mis saludos, como si no se
percatara de mi presencia.
-Aleksei Ivanovich -dijo el general en un tono de suave
reconvención-, permita que le indique que es extraño, sumamente
extraño, que..., en una palabra, su conducta conmigo y con mi
familia..., en una palabra, sumamente extraño...
-Eh! ce n'est pas ça! -interrumpió Des Grieux irritado y
desdeñosamente. (Estaba claro que era él quien llevaba la voz
cantante)-. Mon cher monsieur, notre cher général se trompe, al
adoptar ese tono -continuaré sus comentarios en ruso-, pero él
quería decirle... es decir, advertirle, o, mejor dicho, rogarle
encarecidamente que no le arruine (eso, que no le arruine). Uso
de propósito esa expresión...
-¿Pero qué puedo yo hacer? ¿Qué puedo? -interrumpí.
-Perdone, usted se propone ser el guía (¿o cómo llamarlo?) de
esa vieja, cette pauvre terrible vieille -el propio Des Grieux perdía
el hilo-, pero es que va a perder; perderá hasta la camisa. ¡Usted
mismo vio cómo juega, usted mismo fue testigo de ello! Si
empieza a perder no se apartará de la mesa, por terquedad, por
porfía, y seguirá jugando y jugando, y en tales circunstancias
nunca se recobra lo perdido, y entonces... entonces...
-¡Y entonces -corroboró el general-, entonces arruinará usted a
toda la familia! A mí y a mi familia, que somos sus herederos,
porque no tiene parientes más allegados. Le diré a usted con
franqueza que mis asuntos van mal, rematadamente mal. Usted
mismo sabe algo de ello... Si ella pierde una suma considerable o
¿quién sabe? toda su hacienda (¡Dios no lo quiera! ), ¿qué será
entonces de ellos, de mis hijos? (el general volvió los ojos a Des
Grieux), ¿qué será de mi? (Miró a mademoiselle Blanche que con
desprecio le volvió la espalda.) ¡Aleksei Ivanovich, sálvenos usted,
sálvenos!
-Pero dígame, general, ¿cómo puedo yo, cómo puedo ... ? ¿Qué
papel hago yo en esto?
StudioCreativo ¡Puro Arte!
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