El jugador - Fedor Dostoiewski
jugadores que se sentaban, sobre todo cuando había gran
afluencia de público, porque de pie les era posible estar más
apretados, ahorrar sitio y hacer las puestas con mayor comodidad.
Las filas segunda y tercera se apretujaban contra la primera,
observando y aguardando su turno; pero en su impaciencia
alargaban a veces la mano por entre la primera fila para hacer sus
puestas. Hasta los de la tercera fila se las arreglaban de ese modo
para hacerlas; de aquí que no pasaran diez minutos o siquiera
cinco sin que en algún extremo de la mesa surgiera alguna bronca
sobre una puesta de equívoco origen. Pero la policía del Casino se
mostraba bastante eficaz. Resultaba, por supuesto, imposible
evitar las apreturas; por el contrario, la afluencia de gente era,
por lo ventajosa, motivo de satisfacción para los administradores;
pero ocho crupieres sentados alrededor de la mesa no quitaban el
ojo de las puestas, llevaban las cuentas, y cuando surgían
disputas las resolvían. En casos extremos llamaban a la policía y
el asunto se concluía al momento. Los agentes andaban también
desparramados por la sala en traje de paisano, mezclados con los
espectadores para no ser reconocidos. Vigilaban en particular a los
rateros y los caballeros de industria que abundan mucho en las
cercanías de la ruleta por las excelentes oportunidades que se les
ofrecen de ejercitar su oficio. Efectivamente, en cualquier otro
sitio hay que desvalijar el bolsillo ajeno o forzar cerraduras, lo que
si fracasa puede resultar muy molesto. Aquí, por el contrario,
basta con acercarse a la mesa, ponerse a jugar, y de pronto, a la
vista de todos y con desparpajo, echar mano de la ganancia ajena
y metérsela en el bolsillo propio. Si surge una disputa el bribón
jura y perjura a voz en cuello que la puesta es suya. Si la
manipulación se hace con destreza y los testigos parecen dudar, el
ratero logra muy a menudo apropiarse el dinero, por supuesto si
la cantidad no es de mayor cuantía, porque de lo contrario es
probable que haya sido notada por los crupieres o, incluso antes,
por algún otro jugador. Pero si la cantidad no es grande el
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