EL JUGADOR - FIÓDOR DOSTOYEVSKI | Page 78

El jugador - Fedor Dostoiewski -Bueno, ¿y qué? -Él lo consideró como una insolencia y se quejó al general; y el general me despidió ayer. -¿Es que tú le insultaste? ¿Al barón, quiero decir? Aunque si lo insultaste, no importa. -Oh, no. Al contrario. Fue el barón el que me amenazó con su bastón. -Y tú, baboso, ¿permitiste que se tratara así a tu tutor? -dijo, volviéndose de pronto al general-; ¡y como si eso no bastara le has despedido! ¡Veo que todos sois unos pazguatos, todos unos pazguatos! -No te preocupes, tía -replicó el general con un dejo de altiva familiaridad-, que yo sé atender a mis propios asuntos. Además, Aleksei Ivanovich no ha hecho una relación muy fiel del caso. -¿Y tú lo aguantaste sin más? -me preguntó a mí. -Yo quería retar al barón a un duelo -respondí lo más modesta y sosegadamente posible-, pero el general se opuso. -¿Por qué te opusiste? -preguntó de nuevo la abuela al general-. Y tú, amigo, márchate y ven cuando se te llame -ordenó dirigiéndose al jefe de comedor-. No tienes por qué estar aquí con la boca abierta. No puedo aguantar esa jeta de Nuremberg. -El jefe se inclinó y salió sin haber entendido las finezas de la abuela. -Perdón, tía, ¿acaso es permisible el duelo? -inquirió el general con ironía. -¿Y por qué no habrá de serlo? Los hombres son todos unos gallos, por eso tienen que pelearse. Ya veo que sois todos unos pazguatos. No sabéis defender a vuestra propia patria. ¡Vamos, levantadme! Potapych, pon cuidado en que haya siempre dos cargadores disponibles; ajústalos y llega a un acuerdo con ellos. No hacen falta más que dos; sólo tienen que levantarme en las escaleras; en lo llano, en la calle, pueden empujarme; díselo así. Y págales de antemano porque así estarán más atentos. Tú siempre estarás junto a mí, y tú, Aleksei Ivanovich, señálame a StudioCreativo ¡Puro Arte! Página 78