El jugador - Fedor Dostoiewski
-¡Bueno, nada de besos! No me gusta besar a los niños; están
llenos de mocos. Y tú, Fedosya, ¿cómo lo pasas aquí?
-Bien, muy bien, Antonida Vasilyevna -replicó Fedosya-. ¿Y a
usted cómo le ha ido, señora? ¡Aquí hemos estado tan
preocupados por usted!
-Lo sé, tú eres un alma sencilla. ¿Y éstos qué son? ¿Más
invitados? -dijo encarándose de nuevo con Polina-. ¿Quién es este
tío menudillo de las gafas?
-El príncipe Nilski, abuela -susurró Polina.
-¿Conque ruso? ¡Y yo que pensaba que no me entendería! ¡Quizá
no me haya oído! A mister Astley ya le he visto. ¡Ah, aquí está
otra vez! -la abuela le vio-. ¡Muy buenas! -y se volvió de repente
hacia él.
mister Astley se inclinó en silencio.
-¿Qué me dice usted de bueno? Dígame algo. Tradúcele eso,
Praskovya.
Polina lo tradujo.
-Que estoy mirándola con grandísimo gusto y que me alegro de
que esté bien de salud -respondió mister Astley seriamente, pero
con notable animación. Se tradujo a la abuela lo que había dicho y
a ella evidentemente le agradó.
-¡Qué bien contestan siempre los ingleses! -subrayó-. A mí, no sé
por qué, me han gustado siempre los ingleses; ¡no tienen
comparación con los franchutes! Venga usted a verme -dijo de
nuevo a mister Astley-. Trataré de no molestarle demasiado,
Tradúcele eso y dile que estoy aquí abajo -le repitió a mister
Astley señalando hacia abajo con el dedo.
Mister Astley quedó muy satisfecho de la invitación.
La abuela miró atenta y complacida a Polina de pies a cabeza.
-Yo te quería mucho, Praskovya -le dijo de pronto-. Eres una
buena chica, la mejor de todos, y con un genio que ¡vaya! Pero yo
también tengo mi genio ¡Da la vuelta! ¿Es eso que llevas en el
pelo moño postizo?
StudioCreativo ¡Puro Arte!
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