EL JUGADOR - FIÓDOR DOSTOYEVSKI | Page 73

El jugador - Fedor Dostoiewski mirando alrededor-. ¿De dónde has sacado el dinero, amigo? Porque lo tienes todo hipotecado. ¿Cuántos cuartos le debes a este franchute, sin ir más lejos? ¡Si lo sé todo, lo sé todo! -Yo, tía... -apuntó el general todo confuso-, me sorprende, tía .... me parece que puedo sin fiscalización de nadie .... sin contar que mis gastos no exceden de mis medios, y nosotros aquí... -¿Que no exceden de tus medios? ¿Y así lo dices? ¡Como guardián de los niños les habrás robado hasta el último kopek! -Después de esto, después de tales palabras... -intervino el general con indignación- ya no sé qué... -¡En efecto, no sabes! Seguramente no te apartas de la ruleta aquí. ¿Te lo has jugado todo? El general quedó tan desconcertado que estuvo a punto de ahogarse en el torrente de sus agitados sentimientos. -¿De la ruleta? ¿Yo? Con mi categoría... ¿yo? Vuelva en su acuerdo, tía; quizá sigue usted indispuesta... -Bueno, mientes, mientes; de seguro que no pueden arrancarte de ella; mientes con toda la boca. Pues yo, hoy mismo, voy a ver qué es eso de la ruleta. Tú, Praskovya, cuéntame lo que hay que ver por aquí; Aleksei Ivanovich me lo enseñará; y tú, Potapych, apunta todos los sitios adonde hay que ir. ¿Qué es lo que se visita aquí? -preguntó volviéndose a Polina. -Aquí cerca están las ruinas de un castillo; luego hay el Schlangenberg. -¿Qué es ese Schlangenberg? ¿Un bosque? -No, no es un bosque; es una montaña, con una cúspide... -¿Qué es eso de una cúspide? -El punto más alto de la montaña, un lugar con una barandilla alrededor. Desde allí se descubre una vista sin igual. -¿Y suben sillas a la montaña? No podrán subirlas, ¿verdad? - ¡Oh, se pueden encontrar cargadores! -contesté yo. En este momento entró Fedosya, la niñera, con los hijos del general, a saludar a la abuela. StudioCreativo ¡Puro Arte! Página 73