EL JUGADOR - FIÓDOR DOSTOYEVSKI | Page 65

El jugador - Fedor Dostoiewski -Por esa vieja bruja de Moscú que no se muere y acerca de la cual esperan un telegrama diciendo que se ha muerto. -¡Ah, sí, claro! Todos los intereses convergen en ella. Todo depende de la herencia. Se anuncia la herencia y el general se casa; miss Polina queda libre, y Des Grieux.. -Y Des Grieux, ¿qué? -Y a Des Grieux se le pagará su dinero; no es otra cosa lo que espera aquí. -¿Sólo eso? ¿Cree usted que espera sólo eso? -No tengo la menor idea. -Míster Astley guardó obstinado silencio. -Pues yo sí, yo sí -repetí con ira-. Espera también la herencia porque Polina recibirá una dote y, en cuanto tenga el dinero, le echará los brazos al cuello. ¡Así son todas las mujeres! Aun las más orgullosas acaban por ser las esclavas más indignas. Polina sólo es capaz de amar con pasión y nada más. ¡Ahí tiene usted mi opinión de ella! Mírela usted, sobre todo cuando está sentada sola, pensativa... ¡es como si estuviera predestinada, sentenciada, maldita! Es capaz de echarse encima todos los horrores de la vida y la pasión .... es... es... ¿pero quién me llama? -exclamé de repente-. ¿Quién grita? He oído gritar en ruso «¡Aleksei Ivanovich!». Una voz de mujer. ¡Oiga, oiga! Para entonces habíamos llegado ya a nuestro hotel. Hacía rato que, sin notarlo apenas, habíamos salido del café. -He oído gritos de mujer, pero no sé a quién llamaban. Y en ruso. Ahora veo de dónde vienen -señaló míster Astley-. Es aquella mujer la que grita, la que está sentada en aquel sillón que los lacayos acaban de subir por la escalinata. Tras ella están subiendo maletas, lo que quiere decir que acaba de llegar el tren. -¿Pero por qué me llama a mí? Ya está otra vez voceando. Mire, nos está haciendo señas. StudioCreativo ¡Puro Arte! Página 65