El jugador - Fedor Dostoiewski
Al día siguiente llamé al hotelero y le dije que preparase mi
cuenta por separado. Mi habitación no era lo bastante cara para
alarmarme y obligarme a abandonar el hotel. Contaba con
diecisiete federicos de oro, y allí... allí estaba quizá la riqueza. Lo
curioso era que todavía no había ganado, pero sentía, pensaba y
obraba como hombre rico y no podía imaginarme de otro modo.
A pesar de lo temprano de la hora, me disponía a ir a ver a
mister Astley en el Hotel d'Angleterre, cercano al nuestro, cuando
inopinadamente se presentó Des Grieux. Esto no había sucedido
nunca antes; más aún, mis relaciones con este caballero habían
sido últimamente harto raras y tirantes. Él no se recataba para
mostrarme su desdén, mejor dicho, se esforzaba por
mostrármelo; y yo, por mi parte, tenía mis razones para no
manifestarle aprecio. En una palabra, le detestaba. Su llegada me
llenó de asombró. Me percaté en el acto de que sucedía algo
especial.
Entró muy amablemente y me dijo algo lisonjero acerca de mi
habitación. Al verme con el sombrero en la mano, me preguntó si
salía de paseo a una hora tan temprana. Al oír que iba a visitar a
mister Astley para hablar de negocios, pensó un instante, caviló, y
su rostro reflejó la más aguda preocupación.
Des Grieux era como todos los franceses, a saber, festivo y
amable cuando serlo es necesario y provechoso, y fastidioso hasta
más no poder cuando ser festivo y amable deja de ser necesario.
Raras veces es el francés naturalmente amable; lo es siempre,
como si dijéramos, por exigencia, por cálculo. Si, pongamos por
caso, juzga indispensable ser fantasioso, original, extravagante,
su fantasía resulta sumamente necia y artificial y reviste formas
aceptadas y gastadas por el uso repetido. El francés natural es la
encarnación del pragmatismo más angosto, mezquino y cotidiano,
en una palabra, es el ser más fastidioso de la tierra. A mi juicio,
sólo las gentes sin experiencia,,y en particular las jovencitas
rusas, se sienten cautivadas por los franceses. A toda persona
StudioCreativo ¡Puro Arte!
Página 50