El jugador - Fedor Dostoiewski
que el nombre. Pero hay prueba de que en Berlín, adonde fuimos
con ellos, ella y su madre tenían amistades bastante decorosas.
En cuanto al marqués, aunque sigo dudando de que sea marqués,
es evidente que pertenece a la buena sociedad, según ésta se
entiende, por ejemplo, en Moscú o en cualquier parte de
Alemania. No sé qué será en Francia; se dice que tiene un
cháteau. He pensado que en estos quince días han pasado muchas
cosas y, sin embargo, todavía no sé a ciencia cierta si entre
mademoiselle Blanche y el general se ha dicho algo decisivo. En
resumen, todo depende ahora de nuestra situación económica, es
decir, de si el general puede mostrarles dinero bastante. Si, por
ejemplo, llegara la noticia de que la abuela no ha muerto, estoy
seguro de que mademoiselle Blanche desaparecería al instante. A
mí mismo me sorprende y divierte lo chismorrero que he llegado a
ser. ¡Oh, cómo me repugna todo esto! ¡Con qué placer mandaría a
paseo a todos y todo! ¿Pero es que puedo apartarme de Polina?
¿Es que puedo renunciar a huronear en torno a ella? El espionaje
es sin duda una bajeza, pero ¿a mí qué me importa?
Interesante también me ha parecido mister Astley ayer y hoy. Sí,
tengo la seguridad de que está enamorado de Polina. Es curioso y
divertido lo que puede expresar a veces la mirada tímida y
mórbidamente casta de un hombre enamorado, sobre todo
cuando ese hombre preferiría que se lo tragara la tierra a decir o
sugerir nada con la lengua o los ojos. Mister Astley se encuentra
con nosotros a menudo en los paseos. Se quita el sombrero y
pasa de largo, devorado sin duda por el deseo de unirse a nuestro
grupo. Si le invitan, rehúsa al instante. En los lugares de
descanso, en el Casino, junto al quiosco de la música o junto a la
fuente, se instala siempre no lejos de nuestro asiento; y
dondequiera que estemos -en el parque, en el bosque, o en lo alto
del Schlangenberg- basta levantar los ojos y mirar en torno para
ver indefectiblemente -en la vereda más cercana o tras un
arbusto- a mister Astley en su escondite. Sospecho que busca
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